El presidente Alberto Fernández cumple hoy un año al frente del Ejecutivo nacional, una gestión que se inició con las metas de sacar al país de la recesión, reducir la inflación y dar respuesta a la problemática social.

Sin embargo, a menos de tres meses de asumido debió sumar rápidamente otras prioridades para hacer frente a la peor pandemia de la historia mundial reciente.

"Es tiempo de comenzar por los últimos para después poder llegar a todos: este es el espíritu que hoy inauguramos", dijo Fernández, en su discurso de asunción ante la Asamblea Legislativa y ante un país agobiado por la crisis económica heredada del Gobierno de Mauricio Macri.

En su mensaje inaugural, Fernández marcó a trazo grueso los ejes de su gestión: crecimiento económico con inclusión social, resolver el peso de la deuda externa contraída por la gestión de Cambiemos, sin postergar la sustentabilidad social del país, pero también delineó cambios institucionales, como la reforma integral del sistema de Justicia.

"Vamos a restituir el Ministerio de Salud", degradado a secretaría durante la gestión macrista, sostuvo también el Presidente en ese primer discurso, una medida efectivizada a poco andar y más que oportuna frente a la pandemia de coronavirus.

Con el foco puesto en millones de argentinos que no tenían garantizado el acceso regular a los alimentos, en el primer mes de gestión, el Gobierno ya había puesto en marcha el Plan Argentina contra el Hambre, que engloba medidas que van más allá de la alimentación y contribuyen también a combatir la pobreza.

A eso se sumaron los congelamientos en tarifas; los bonos a jubilados y a titulares de Asignación Universal por Hijo (AUH); los cambios en el IVA de los alimentos y la implementación de la tarjeta alimentaria. También impuso la doble indemnización para despidos sin causa, medicamentos gratis para jubilados y el relanzamiento del programa Precios Cuidados.

En marzo, la llegada de la pandemia obligó al Gobierno a reorientar rápidamente su hoja de ruta inicial, para diseñar un plan de contingencia para evitar la propagación del Covid-19 y contener sus consecuencias económicas y sociales.

Hubo que reforzar la deteriorada estructura sanitaria, con la puesta en funcionamiento de más de una decena de hospitales públicos. De todos modos, el aislamiento obligatorio frenó la actividad económica, dando paso a niveles estrepitosos e inéditos de caída en la industria y la construcción, desplome en el consumo, cierre de empresas y comercios, pérdida de empleos y aumento de la pobreza.

La emergencia sanitaria llevó al Gobierno a incrementar fuertemente el gasto público. Para financiar el déficit, se recurrió a la emisión monetaria, lo que, sumado a la necesidad de cobertura ante la alta inflación, incentivó la demanda de dólares en la plaza cambiaria doméstica.

A mediados de septiembre las autoridades impusieron fuertes restricciones a empresas e individuos para el acceso al mercado oficial de divisas, pero el refuerzo del denominado "cepo cambiario" se tradujo rápidamente en una escalada del precio del dólar paralelo.

Por el Covid-19, el Gobierno buscó sostener la economía con el programa de Asistencia al Trabajo y a la Producción (ATP), el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y programas laborales, como el Potenciar Trabajo.

El primer año de gestión de Fernández será también recordado por la millonaria reestructuración de la deuda con acreedores privados y el inicio de negociaciones para refinanciar vencimientos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

"Me siento un jugador de ajedrez, jugando 20 partidas simultáneas", graficó Fernández en mayo. La inminente llegada al país de la vacuna, le permitió al Ejecutivo volver a enfocarse en sus promesas de campaña, con el envío al Congreso del proyecto de legalización del aborto y la reforma judicial.

Además envió para la discusión parlamentaria, los proyectos de ley del Aporte Solidario de las Grandes Fortunas y el que corrige el incremento de fondos que se le había otorgado por decreto a la ciudad de Buenos Aires.

Las iniciativas que ya forman parte del temario a tratar en las sesiones extraordinarias, incluyen además la modificación de la fórmula de movilidad jubilatoria, entre otras.

Télam

 

Críticas de CFK a la Corte Suprema

La vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner reivindicó ayer el accionar del Gobierno nacional, que hoy cumple un año de gestión, y lanzó serias críticas hacia la Corte Suprema de Justicia.

En un texto de "balance" publicado en su sitio web, Cristina sostuvo que el Ejecutivo "sin duda ha hecho un gran esfuerzo para afrontar dos tragedias", la de una pandemia "inédita" y la de la crisis económica que achacó al Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).

Fernández, quien como vicepresidenta es titular del Senado, también destacó la intensa labor legislativa este año, pese a la emergencia sanitaria por la Covid-19.

Pero lanzó duras críticas al Poder Judicial por su supuesta "articulación" con medios de comunicación "para perseguir y encarcelar" a políticos opositores al gobierno de Macri, un accionar que, según ella, "aún continúa".

En la carta, en la que no mencionó a Alberto Fernández, Cristina Kirchner hizo un repaso de su trabajo como titular del Senado. "A un año…balance", se llama el texto en el que la vicepresidenta destacó que la Cámara Alta sesionó 32 veces y que se aprobaron 40 leyes.