El Gobierno nacional a través del Decreto 35/2021, decidió postergar once días la suba de los impuestos a los combustibles, que según la normativa vigente, debía implementarse el primero de marzo.
La medida corresponde a la actualización del cuarto trimestre calendario del año 2020, sobre la base de las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que suministra el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
Ese mes también entrarán en vigor los alcances de las resoluciones 1/2021 y 2/2021, en las cuales, el secretario de Energía, Darío Martínez, fijó nuevos valores de adquisición del biodiesel destinado a su mezcla obligatoria y del bioetanol a base de caña.
En el caso del biodiesel, la normativa también establece la reducción en los porcentajes de corte obligatorio de gasoil, con un incremento escalonado hasta alcanzar el 10 por ciento en abril.
De esta manera, el camino de recomposición de precios acordado permitió fijar un nuevo valor por tonelada, que en marzo será de $ 89.975 con un 8,4 por ciento de mezcla, en tanto que para el caso del bioetanol, será de $ 48,700.
“Los ajustes señalados impactarán en el litro de nafta en $1,92, que representa 2,6 por ciento de aumento sobre el precio de referencia de CABA, mientras que el gasoil la suba será de $1,50, o un 2,1 por ciento”, estima el consultor económico Cristian Bergmann. “Esto sin incluir actualizaciones comerciales por parte de las petroleras”, aclara.
Sin embargo, y siendo este un año electoral, nadie puede asegurar que lo establecido se cumpla cabalmente. Prueba de ello fueron las sucesivas postergaciones impositivas ocurridas durante 2019 y el primer semestre de 2020, coincidentes con los comicios presidenciales en los que se impuso Alberto Fernández, y sus primeros meses al frente del Ejecutivo, sumado a la irrupción de la pandemia.