Según un informe al que tuvo acceso este diario, cambio, jubilaciones, crisis, miedo y apoyo, en ese orden, fueron las palabras más usadas ayer en redes sociales tras el anuncio de Mauricio Macri. En ese mismo escrito, que además analiza el impacto negativo y positivo de distintos hechos, entre negatividad y neutralidad reunieron más del 91 por ciento de las opiniones, también en el universo de los comentarios de internautas y hablando específicamente del "acuerdo" con el FMI. Una encuesta de este diario en su página web, arrojó que el 69 por ciento de quienes opinaron (trolls amarillos de por medio), se mostraron en contra de la decisión presidencial, sobre un universo de 3.300 votos, aproximadamente. Es lógico. La historia de este país con el Fondo Monetario Internacional no es buena, más allá de que el ministro Nicolás Dujovne haya dicho que este FMI es distinto al último que recordamos. El Gobierno nacional está en su peor momento. Para contener -y fracasar- al dólar, en pocos días perdieron 6 mil millones en reservas, un poco más del diez por ciento del total que acumula el Banco Central, y dejaron de percibir un monto similar por la sequía sojera. No le encuentran el rumbo a la respuesta política ante la crisis, porque acordar con el FMI es darle vida política al kirchnerismo, con lo que eso significa. Es la peor opción. Dos economistas de renombre ayer en distintas entrevistas coincidían en una afirmación: nadie le pide al Fondo, porque nadie quiere saber nada con ellos. 

 

 

Por suerte para Cambiemos el peronismo no está unido, porque si así fuera, probablemente Macri no festeja Navidad en la Quinta de Olivos. Hoy no hay un único líder de oposición, pero el Gobierno nacional está haciendo todo lo posible para ponerle cara al monstruo de la oposición, que hoy se frota las manos y ve una luz de esperanza para 2019. No hay que olvidarse que las crisis suelen parir candidatos. Hasta anoche al menos los líderes del peronismo se limitaban a hablar entre sí por teléfono, o algún tibio contacto en Buenos Aires, pero nada más. También juegan su interna, hay que aclarar. Cualquier paso en falso ahora es de resultado incierto, pero ven que todo es posible, que la situación puede derivar en cualquier cosa. El peronismo es un partido sin líderes, pero con vocación de poder. Si uno de ellos demuestra que puede conducir a la victoria, el resto con mejor o peor cara, se terminará encolumnando detrás de esa figura. Estar fuera del poder los incomoda.

Eso, hacia afuera, porque también hay errores hacia adentro: reunir a los socios de la coalición el día anterior a semejante anuncio y no decirles nada, es como mojarles la oreja. Elisa Carrió salió a apoyar, pero habrá que esperar por la reacción de los radicales, que hasta ayer parecían un poco más díscolos que la diputada nacional. 

Cambiemos sobredimensiona el resultado electoral del año pasado y cree que se puede llevar puesto todo, desde sus socios, pasando por los jefes de territorio, como los gobernadores, e incluso a la opinión pública. 

Pero lo cierto es que la opinión pública está dándoles la espalda. En varias encuestas la imagen de Macri ha bajado, y ya no hay María Eugenia Vidal que resista, ya que la gobernadora bonaerense ha sido arrastrada por esa caída presidencial. Están perdiendo donde más ganaban, y un ejemplo de ello es Mirtha Legrand, quién no tuvo empacho en decir que este gobierno la había decepcionado. Es Mirtha, uno de los puntales mediáticos de Cambiemos, una de las personas que más hizo desde los medios para que Macri terminara como Presidente.

Hasta diciembre la discusión en Cambiemos era el nombre del compañero de fórmula de Macri, hoy no se sabe si esa reelección será posible. Macri se ha convertido en "el menos malo" y eso no es un proyecto político a largo plazo. Los errores se suceden y la coalición gobernante parece no aprender. Veremos en poco tiempo cómo encaminan, si lo hacen; o quién se aprovecha de la situación, si es que hay quién lo haga.