Como se esperaba, el inicio de marzo llegó con aumentos de precios por encima de lo que se venían registrando, como consecuencia de la actualización de la base imponible de lo que se conoce como “impuesto al lujo”. Desde el lunes, los autos de aproximadamente $2.500.000, de valor al público, deberán pagar una alícuota del 20%, correspondiente a la primera escala de Internos. Hasta la semana pasada, este gravamen se aplicaba a partir de unos $2.250.000. Es por eso que muchos modelos que estaban apenas por debajo de esa cifra para no tributar (en el mercado se los denomina “topeados”), tuvieron con el primer día del mes el margen para ajustar su valor hasta la nueva base imponible. Eso fue lo que hicieron algunas marcas y aplicaron un aumento superior al 5% que se venían ajustando los 0km en enero y febrero.
El mejor ejemplo es lo que sucedió con General Motors que subió 11,6% los modelos que estaban en el límite de tributar, un incremento directo de lo que subió la base imponible de Internos. De esta manera, la versión Premier del Chevrolet Cruze tuvo una suba en la lista de marzo de 11,6%. El mismo porcentaje se aplicó para la Tracker LTZ automática y la Equinox FWD. En menor medida, Nissan aumentó los precios del SUV Kicks Exclusive, que estaba “topeada” para evitar el recargo fiscal. La suba de esta versión fue de 8%. El mes próximo llegará la línea nueva y esta fue una forma de ir acomodando el precio el próximo lanzamiento. El resto de los modelos los actualizó por debajo del 7%.
Todas las marcas utilizan la misma política de escapar a ese impuesto debido a que esa alícuota del 20% implica, por la forma de cálculo, un impacto en el precio final de 25%. Con este salto, los modelos quedan fuera de mercado. Por ese motivo, sostienen el precio bajó el límite tributario hasta la actualización de la base imponible, que se realiza trimestralmente.
Tal como había adelantado Ámbito, la semana pasada, estos aumentos eran de esperar. De hecho, en esa nota se mencionaba que ya Toyota había dado el primer paso en ajustar sus listas con el mismo criterio. Modelos como el tope de gama del Corolla tuvieron una incremento del 11%. La diferencia es que, en este caso, la marca japonesa trasladó la suba de la base imponible a los precios mayoristas, es decir, los que pagan la red, mientras que al público el impacto fue de 5% y 6%. La diferencia fue una menor utilizar de las concesionarias que compensó una rentabilidad por arriba de lo previsto en los meses previos.
Otras terminales, como Volkswagen, aumentaron al público un porcentaje menor al del impuesto (en el orden del 5%), lo que hace suponer que en abril buscarán cubrir la diferencia de los puntos porcentuales. Renault aplicó una suba general de 6%, aunque no relacionada con Internos ya que su modelos, salvo un caso, no están en esa franja del mercado. El resto de las marcas están definiendo su política comercial. Por ejemplo, Peugeot y Citroën, que tenía varios modelos “topeados”, difundirá en las próximas horas sus nuevas listas. Lo que está claro es que, en los próximos tres meses, en casi todas las marcas aparecen 0 km con valores de alrededor de $2.450.000 a la espera de la nueva actualización que se hará a partir de junio.
Pese a esto, la demanda se mantiene sostenida y, en las concesionarias, reconocen que hay más compradores que disponibilidad de vehículos, lo que hace que se convaliden estos aumentos. Se estima que el mes cerrará por arriba de las 30.000 unidades patentadas.