La incertidumbre política por el futuro incierto para la pretensión de reelección de Mauricio Macri y la fuerte presión sobre el dólar en el mundo ante los pronósticos adversos para la economía a nivel global se combinaron ayer para volver a poner en terapia intensiva a los mercados financieros en Argentina.
Volatilidad a la orden del día por segundo día consecutivo y sin final a la vista.
En una jornada de alto riesgo para la economía local, el dólar llegó a subir desde los 44,92 del miércoles hasta los 47,60 pesos y solo recortó la escalada para cerrar a $45,90 cuando el Banco Central profundizó la receta para frenar la corrida: convalidó una suba de tasas al 71,039% -la mayor desde octubre pasado- y vendió futuros para evitar una mayor apreciación de la cotización de la divisa. Mientras que bancos oficiales acompañaron con ventas en el segmento mayorista. De esta manera, el billete verde avanzó casi 1 peso en el Banco Nación, es decir, un 2,5%, la mayor cotización de la historia. Igual, el contexto externo también hizo lo suyo.
La abrupta alza del dólar por las preocupaciones sobre la salud de la economía mundial golpeó fuerte a las monedas de los mercados emergentes, evocando recuerdos de grandes desplomes como el de la lira turca en 2018.
El Índice de Monedas de Mercados Emergentes de MSCI cayó por quinta sesión consecutiva a un mínimo de tres meses, mientras que el dólar subía a un máximo desde junio de 2017 frente a una cesta de otras monedas.
Turquía y Argentina seguían acaparando la atención, pero varias monedas emergentes se han visto golpeadas por la debilidad en las últimas semanas, al igual que en 2018.
El mismo recorrido que el dólar tuvo el riesgo país de Argentina que llegó a sobrepasar los 1.000 puntos (1.010) pero finalmente terminó bajando hasta los 935, veintiocho puntos básicos menos que el cierre del miércoles (963).
Pese a la mejora intradiaria, el riesgo país -que mide la capacidad de pago de la deuda externa de un país por la fortaleza de sus bonos-, se ubica en sus máximos desde febrero de 2014, cuando alcanzó las 1.100 unidades.
"Si no hay credibilidad, los agentes económicos no creen y forman expectativas diferentes y totalmente desalineadas a las expectativas del gobierno y sus políticas. Los agentes se protegen, adoptan comportamientos defensivos, la demanda de dinero cae, las presiones cambiarias e inflacionarias aumentan, y la política termina fracasando", dijo la consultora Economía & Regiones en un informe.
La incertidumbre que generan las próximas elecciones presidenciales de octubre -sin candidaturas definidas aún y con intenciones de voto muy errantes- alimenta la desconfianza entre los inversores y otros actores de la economía, que buscan cubrirse
refugiándose en el dólar y deshaciéndose de activos argentinos en los mercados de acciones y bonos.
Los bonos soberanos en la plaza extrabursátil local registraron al cierre una caída promedio del 0,8%, luego de desplomarse un 2,8% en la primera parte de la sesión. "El desplome de las cotizaciones en la primera parte del día hizo que los precios alcanzaran valores atractivos para recomprar posiciones y recortar pérdidas", dijo un operador.
Por su parte, el índice Merval, que mide el desempeño de las acciones en la Bolsa porteña, finalizó con baja del 0,61%, luego de cotizar con baja del 4,83% a un nivel mínimo intradiario de 28.309,75 puntos.
Entre los rojos del día se ubicaron los papeles bancarios pero Telecom, Central Puerto e YOF lideraron las bajas con recortes de -2,5%, -2,3% y -2,1% respectivamente.
Más allá de la crisis puntual por las corridas del dólar, que conlleva que la inflación se mantenga implacable a un ritmo superior al 50% interanual, la tercera economía latinoamericana atraviesa una recesión que llevaría a una contracción económica de 1,4% este año, según un sondeo de Reuters. En este contexto, ayer una ola de rumores atravesaba la Casa Rosada, desde cambios de Gabinete hasta la imposición de retenciones fijas para el campo como pide el FMI para mejorar la recaudación.
U$S 6.000 del Banco Mundial
El directorio del Banco Mundial respaldó ayer el nuevo "Marco de alianza" con Argentina hasta el 2022, con proyectos de infraestructura que totalizan un monto estimado de U$S 6.000 millones. Entre los más destacados, se prevé el acompañamiento de la urbanización en el Barrio 31, la provisión de agua y cloacas "a millones de argentinos" en todo el país, incluyendo la cuenca Matanza-Riachuelo, y el apoyo al programa de energías renovables Renovar. Tras la reunión de directorio que tuvo lugar hoy en Washington, la entidad envió un comunicado donde precisó que "la nueva alianza para el período 2019-2022 estima un financiamiento de unos U$S 1.000 millones anuales para el sector público y de unos U$S 500 millones anuales para el sector privado".