La crisis cambiaria en Argentina vivió ayer su capítulo más caótico con una carrera furiosa del dólar blue que lo llevó a rozar los $500 pesos, con una suba diaria de 7%, la mayor en 10 meses, lo que dejó en shock al Gobierno. Por un lado, Alberto Fernández salió con los tapones de punta a culpar a la ‘derecha’ argentina por el descalabro cambiario; mientras el ministro de Economía, Sergio Massa, apostó todas sus fichas a una modificación del programa con el FMI y prometió hasta persecución con la justicia penal para frenar a los conspiradores. En el medio, y aun cuando fue confirmado por el propio Presidente, quedó más que nunca en la cuerda floja el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, a quien el massismo y kirchnerismo le endilgan la mayor responsabilidad en la corrida cambiaria. Y ya hay dos nombres en carpeta para reemplazarlo: Lisandro Cleri, hombre cercano a Massa, y Alejandro Vanoli, extitular de la entidad monetaria durante la gestión de Cristina Kirchner -ver nota relacionada-.
En una jornada que paralizó el flujo normal de abastecimiento y reposición de productos y con las listas de precios en blanco hasta nuevo aviso, el dólar blue subió ayer 33 pesos para cerrar a $495 después de cotizar hasta $497. La brecha con el dólar oficial saltó al 125%, la más alta desde julio de 2022.
La leve baja se concretó cerca del cierre después de que el Sergio Massa se comprometió a utilizar ‘todas las herramientas’ para contrarrestar una peligrosa depreciación de la moneda. Además, el Banco Central intervino con fuerza en los mercados alternativos de cambio para frenar el derrumbe del peso mediante ventas de bonos para dar confianza al mercado, afirmaron operadores.
En este clima de alta tensión, Massa informó al Fondo Monetario sobre las restricciones que sufre el país y dijo que las van a cambiar en una rediscusión del programa acordado. En un hilo de tuits Massa afirmó que Argentina va a continuar buscando acuerdos con multilaterales, con exportadores y con el FMI para fortalecer las reservas de libre disponibilidad del Banco Central que apenas suman 1.114 millones de dólares.
Por su parte el FMI señaló que los técnicos están trabajando con funcionarios de Argentina para ‘fortalecer el programa económico’ tras los efectos que generó en las finanzas la histórica sequía que sufrió el país (ver página 9).
Massa también anunció que se va a "usar a la Justicia Penal Económica como vehículo de investigación y esclarecimiento de algunos comportamientos y a la UIF (Unidad de Información Financiera) y a la CNV (Comisión Nacional de Valores) para el análisis de operaciones vinculadas al lavado de dinero".
Por su parte, Alberto Fernández advirtió sobre la ‘práctica permanente de la derecha argentina’ de instalar rumores. ‘Primero instalan rumores a la mañana, luego operan durante todo el día y cuando termina la tarde, retiran su rentabilidad del mercado cambiario y lastiman el ahorro de los argentinos’, dijo. Y agregó: ‘No es novedad, siempre lo han hecho. Se han ido al exterior a hablar en contra de los gobiernos populares y ahora lo hacen otra vez, pidiendo que nos corten el crédito y que nos exijan más ajuste sobre el pueblo. Esta historia ya la hemos vivido y volveremos a superarla’, afirmó.
> La actividad va camino al freno
Datos reportados esta semana mostraron que la actividad económica mensual permaneció estable en febrero, incluso cuando se expandió 0,2% anualizado, mientras que la semana pasada la balanza comercial mostró un inesperado déficit de 1.100 millones de dólares, agregando presión a la moneda.
‘A pesar de que la actividad subió en enero y permaneció estable en febrero, en nuestra evaluación la fuerte desaceleración vista a fines del 2022 continuará’, dijo Sergio Armella, de Goldman Sachs a su cartera de clientes.
Se espera que la actividad económica se contraiga 2,3% este año, la peor expectativa entre países del G-20, con una inflación prevista en más de 100% para fin de año, según estimaciones medianas de economistas encuestados hace semanas.