La misma noche que se concretaba el ajustado triunfo de Horacio Rodríguez Larreta sobre Martín Lousteau en la Ciudad de Buenos Aires, el jefe de Gobierno porteño lanzó su candidatura presidencial con un discurso que sorprendió a muchos. En el mismo, habló de algunos elementos que se conocen en su marco discursivo, haciendo referencia a la búsqueda de una justicia independiente, a la libertad de expresión, al apoyo a las inversiones, calidad en la educación y el empleo. Pero la sorpresa no estuvo allí, sino en la referencia explícita a algunas políticas ícono del gobierno actual, que afirmó que mantendría si gana las elecciones presidenciales
En su discurso, Macri defendió la Asignación Universal por Hijo, con la oferta de profundizar esa política, afirmó que Aerolíneas Argentinas e YPF seguirán siendo estatales pero mejor administradas. También dijo que la Anses seguirá manejando las jubilaciones, pero no serán utilizadas como herramienta de política partidaria.
A partir de ese discurso, esta semana se debatió en los medios si Macri había abandonado la idea de cambio. En esta columna sostendremos que no hay tal abandono, sino una modificación respecto de lo que se entiende por cambio, desde la propuesta política del PRO.
En nuestra columna del domingo pasado, decíamos que se habían dado algunos cambios en el electorado, y que había una menor demanda de cambio que en 2014, afirmamos en ese momento que existe ‘una oferta electoral centrada en cambios moderados, y un electorado que no busca los extremos como en otros momentos‘. Pero nos detengamos brevemente en la idea de cambio.
¿Qué significa el cambio?
El cambio, como la continuidad, son grandes contenedores vacíos, que deben ser llenados con contenido, ¿qué cambia?, ¿qué continúa? Hasta el presente, las referencias al cambio en el macrismo había sido de carácter genérico, alentando a la polisemia del propio concepto.
En política uno puede referirse a distinto tipo de cambios.
Tipo 1: Un cambio político, o de orientación ideológica. Este es el cambio más fuerte que puede plantearse, afirmándose que se va a implementar políticas diferentes a las que propone el rival. Como ejemplo vale la siguiente afirmación: ‘Si mi rival hace A, yo voy a hacer B‘.
Tipo 2: Un cambio administrativo, en la implementación de esas políticas: Aquí ya no se discute el fondo, sino la efectividad de la implementación. Por ej. ‘Mi rival hace A, yo también voy a hacer A, pero de manera más eficiente, lo voy a implementar mejor‘.
Tipo 3: Un cambio ético y de respeto a las instituciones: ‘Mi rival hace A, pero no respeta las normas, o roba, yo también haré A, pero sin robar‘.
Dónde se posiciona cada uno
Los cambios propuestos en una plataforma política pueden tener un poco de cada tipología, pero suele primar alguno de estos elementos, por sobre los demás.
Históricamente Elisa Carrió se ha situado en el Tipo 3 poniendo el énfasis en los cambios éticos. Sergio Massa se centraba un poco más en el Tipo 2 (cambios de implementación) y, hasta ahora, Mauricio Macri parecía encarnar los cambios de Tipo 1, satisfaciendo a aquellos electores que buscan un cambio de orientación de las políticas de gobierno.
Esto es lo que entró en cuestión a partir de ese discurso. El cambio de políticas públicas que propone sería menor a lo esperado, centrando más su discurso en la mejora de la Eficiencia, en la Ética y la Institucionalidad.
Una modificación discursiva fuerte y arriesgada, a tres semanas de las PASO.
Efectos
En el corto plazo ha generado algunos ruidos internos, admitidos por lo bajo por los propios equipos de comunicación del macrismo nacional, y puede debilitar el apoyo de aquellos que eligen a Macri, justamente, porque creen que deben modificarse las políticas públicas del gobierno actual.
Pero es probable, también, que esta modificación de posicionamiento lo acerque más a sectores moderados, que pueden ser útiles en las elecciones generales, y en un potencial balotaje. No es fácil saber hoy cuál será la situación en octubre, pero analizando lo que ha venido sucediendo con el electorado, y su moderación en las demandas de cambio, puede ser una movida con rentabilidad electoral de mediano plazo.
Con el tiempo se verán los resultados de esta fuerte jugada de Macri, por lo pronto puede decirse que le ha servido para ocupar el centro del espacio público y mover el avispero electoral a dos semanas de las primarias.

