Escaladores de todo el mundo, guías de montaña, porteadores, rescatistas, médicos, guardaparques y funcionarios arrancan hoy y hasta marzo próximo la temporada 2013-2014 de ascenso al monte Aconcagua -el pico más alto de América con 6.962 metros-.
Hasta la máxima elevación del continente, ubicado en la cordillera de los Andes, a unos 200 km al Oeste de la capital de Mendoza, llegan en verano miles de personas que buscan escalarlo u observar su cumbre nevada desde la base.
La novedad de esta temporada es que existen tres categorías de tarifas: nacionales, extranjeros y latinoamericanos, que comprende a escaladores o turistas de Perú, Brasil, Ecuador y montañistas que no tienen poder adquisitivo. También difieren los precios si se trata de ascenso a la cumbre, trekking largo y corto.
Para tener una idea promedio de costos, un extranjero deberá pagar en temporada media $4.000 por el ticket de ascenso, a un montañista latinoamericano le costará $2.000 y para el visitante. También se contrató un servicio médico y del helicóptero para trasladar a posibles rescatados.
Para llegar a la base, la mayoría de los escaladores o turistas parte en vehículos desde la capital mendocina para llegar a Puente del Inca o Las Cuevas, ubicadas a un costado de la ruta que vincula con Chile a 3.200 metros de altura. Luego hay que caminar desde la bella laguna de Los Horcones alrededor de 50 Km más atravesando arroyos, colinas y quebradas hasta llegar primero al campamento "Confluencia", a 3.600 metros, y luego a "Plaza de Mulas", ya a 4.200 metros, un amplio playón en la base del Aconcagua.
A medida que se asciende la montaña se respira menos oxígeno, se toma más líquido y se come más, por lo que un escalador necesitaría transportar para llegar a la cumbre por lo menos 60 kilos de peso, lo que resultaría casi imposible. Por esa razón, hay un grupo de arrieros que ofrecen las mulas con las que horas tras horas transportan cargas desde el ingreso a Horcones hasta Plaza de Mulas. En este campamento-base, que en temporada alta cobija a cientos de carpas, el escalador se encuentra con la empresa de servicios que contrató y con sus guías diplomados que lo orientan por cada una de las rutas de ascenso.
Entre la infraestructura y servicios se destaca el apoyo que ofrecen a expedicionarios los "porteadores", decenas de jóvenes montañeses que trabajan cargando bultos y pesadas cajas con carpas, cocinas de campaña, utensilios, remedios, ropa o alimentos para facilitar el escalamiento.
Ya en el campamento base, el escalador utiliza varios días para aclimatarse con ascensiones cortas, toma contacto con los porteadores que suben y bajan con cargas hasta otros refugios o campamentos hasta los 6.000 metros porque más arriba las mulas no suben.
Desde los refugios a mayor altura los escaladores esperan y estudian la estrategia para llegar a la ansiada cumbre y si hay buen tiempo se ataca la cima", casi nunca en menos de siete días en promedio salvo récords excepcionales.
Esos cientos de trabajadores que acompañan la hazaña de los deportistas, algunos llegados del norte argentino, Perú y Bolivia, formaron en el 2009 la "Asociación de Porteadores Argentinos", una cooperativa que ofrece el transporte de carga en forma independiente o asociados con otras empresas de servicios.
"Somos una asociación civil sin fines de lucro, que nos autogestionamos nuestras carpas, equipos y cocina en altura", dijo a Télam su titular, Ezequiel Dolman.
Montañeses veteranos exaltan la labor de los porteadores, porque "suben y bajan con tanto peso que temporada tras temporada se resienten sus rodillas y hombros por las mochilas recargadas".
Además los miembros de Asociación de Porteadores participan de rescates en situaciones de emergencia junto a guías, médicos y la patrulla policial de Plaza de Mulas, organizan charlas instructivas y colaboran en tareas de limpieza de basura que dejan los visitantes: en la temporada 2012-2013 bajaron más de dos toneladas de desperdicios.

