Vivir en la ciudad de Charata, en el Norte de la Argentina, nunca fue fácil. Pero ahora, a las altas temperaturas, los enjambres de mosquitos y la falta de agua potable se suma un temido enemigo: el dengue.

Como esta ciudad en la provincia del Chaco, decenas de empobrecidas localidades en el Sur del continente americano han debido acostumbrarse a brotes cada vez más fuertes del virus, que hace medio siglo había sido erradicado pero que volvió con fuerza por el cambio climático y la urbanización no planificada.

Según expertos, la esperada alza de las temperaturas y lluvias por el calentamiento marítimo que comenzó a causar la corriente "El Niño" en julio, crearán el caldo de cultivo perfecto para que el dengue vuelva con más fuerza en el verano austral que está por comenzar. Y hasta advirtieron que este año se adelantaría la época de eclosión del mosquito Aedes aegypti, el transmisor del dengue.

Según explicó Juan José García, miembro del Centro de Estudios Parasitológicos y Vectores de la Universidad de La Plata, la eclosión del dengue, que normalmente se daba en febrero o marzo, se adelantaría a enero por el nivel de lluvias.

"Normalmente nosotros comenzábamos a observar larvas de Aedes Aegypti recién en febrero, pero este año aparecieron en octubre según pudimos comprobar a partir de muestras de agua acumulada en neumáticos y latas ubicadas en tres barrios de La Plata", explicó García.

En el 2008, se registraron 585.866 casos en el Cono Sur, lo que implica un crecimiento de un 153% frente al promedio registrado entre 2000 y 2007, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Este año, la cifra también rondaría el medio millón de casos y el panorama para el 2010 es desalentador.

Mientras ven como la calles son fumigadas, algunos de los habitantes de Charata cuentan que tratan de tomar medidas de prevención e higiene, pero consideran que aún resta mucho por hacer para frenar el avance del virus, que en su forma más

severa puede generar hemorragia y muerte.

"Hay muchos mosquitos, no sólo del dengue. Y todavía no hay conciencia del tema. Nadie tapa los recipientes de agua", dijo Mario Lichwarski, un periodista agropecuario de 37 años.

Su advertencia es porque el mosquito transmisor del dengue elige el agua estancada como criadero, por lo que la higiene es clave para prevenir su propagación.

Este año, los pacientes con dengue desbordaron el único hospital de la localidad de cerca de 30.000 habitantes y vinieron especialistas a ayudar a superar la situación de emergencia.

Desde septiembre, las temperaturas en Charata rondan entre 30 y 40 grados celsius, un nivel favorable para la reproducción del mosquito que transmite el virus.

El dengue había sido erradicado en la región en la década de 1950, pero en los últimos 30 años experimentó fuertes brotes cíclicos que se repiten en forma cada vez más frecuente.

Los viajes

Además del cambio climático, los países sudamericanos enfrentan en el corto plazo otro factor que facilita la difusión de la enfermedad: el movimiento de personas que se da para las fiestas de fin de año y vacaciones.

Brasil, que según la OPS posee cerca del 60% de los casos de dengue de América, fue uno de los países más afectados por la epidemia el verano pasado, seguido de Bolivia, que registró en el 2009 la peor epidemia de dengue en los últimos 20 años, con más de 1.500 casos diarios.