Los 55 peritos oficiales y de parte que participaron de la autopsia a Santiago Maldonado , practicada el 20 de octubre en la Morgue Judicial, consensuaron de forma unánime en el acta final de la necropsia que el cuerpo del joven hallado en el río Chubut no fue arrastrado ni manipulado.
Esa es la conclusión forense que las partes conocieron y legitimaron con su firma hace un mes, que descartaría las sospechas de la familia Maldonado de que el cuerpo del joven hubiera sido plantado en el lugar donde fue hallado.
“Del examen externo e interno del cuerpo no se han constado signos compatibles con arrastre” ni “con medidas de sujeción”, dice el informe pericial, de 64 fojas, al que accedió en exclusiva LA NACION. Tampoco hubo indicios durante la inspección minuciosa de las cuatro capas de ropa (tres gruesas y una fina) que vestía el joven al momento de su muerte de que éstas presentaran signos de que el cuerpo hubiera sido arrastrado fuera o dentro del cauce del río Chubut.
Esa es apenas una de las muchas conclusiones que contiene el acta pericial, en la que también consta la ausencia de “lesiones contusas, cortantes o penetrantes” evidenciadas a través de 36 placas radiológicas, tal como informó oportunamente el juez federal Gustavo Lleval.
Estudios complementarios
Paralelamente, según pudo saber LA NACION a través de fuentes calificadas, tres de los estudios complementarios de laboratorio, cuyos resultados oficiales se conocerán el 24 de noviembre cuando se realice la Junta Médica en la Morgue Judicial de la Corte Suprema de Justicia, certifican que el joven tatuador murió por “asfixia por sumersión”, que el cuerpo permaneció “más de 70 días en el agua” y que las diatomeas (microalgas) halladas en los pulmones, cavidades cardíacas y médula ósea del fémur derecho coinciden con aquellas que existían en el área donde fue encontrado el cuerpo.
Los resultados sobre esa correspondencia en el tipo de plancton surgieron a partir del cotejo de muestras de agua del río Chubut contenidas en la bolsa plástica mortuoria en la que se trasladó el cadaver y del exámen en esos tres órganos. El peritaje fue realizado por el Laboratorio de Diatomeas Continentales del Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, bajo la supervisión de la perito oficial,Dra. Nora Maidana.
Las fuentes consultadas precisaron que las diatomeas son algas microscópicas con caparazón de sílice, que ingresan al torrente sanguíneo en casos de ahogamiento y que esos microorganismos son claramente identificables. Si bien las fuentes precisaron que el tipo de diatomeas pueden variar a lo largo del curso y coincidir en su tipología en distintos sectores de río, su identificación neutralizaría cualquier hipótesis de que el cuerpo hubiera sido plantado en ese lugar.
El estudio no pudo realizarse con los tres tipos de muestras de agua (superficial, intermedia y del fondo del cauce) como había sido establecido de antemano, debido a que no se pudieron recoger esas muestras por los episodios de violencia suscitados en el lof, cuando se retiraba el cadáver.
Un segundo estudio, el palinológico y geológico sobre muestras biológicas extraídas del cuerpo, vestimenta y calzado de Maldonado durante la autopsia, también evidencia que el polen y las esporas analizadas coinciden con los del lugar del hallazgo. A ese resultado llegó la perito oficial, Leticia Povilauskas, doctora del Departamento de Paleobotánica de la Universidad Nacional de La Plata.
El tercer examen, el histopatológico, en diferentes órganos y vísceras, arrojan un lapso de permanencia del cuerpo en contacto con el agua mayor a 70 días, afirmaron las fuentes. Para precisar la data exacta de muerte restaban otros estudios vinculados al lapso temporal de descomposición de tejidos, pericia que todavía lleva adelante la doctora Adriana D´addario, jefa de Histopatología de la Morgue Judicial.
Descripto de forma exhaustiva, el informe forense precisa que hubo 48 puntos de pericia propuestas por las partes. El cuerpo de Maldonado, de una estatura de 1,71 cm, exhibió un peso de 57,200 Kg. Las cuatro capas de ropa y calzado mojado que vestía correspondían a casi un tercio de su masa corporal: en conjunto pesaban 18,200 kg, y ninguna de las prendas presentaban roturas o desgarros.
Los elementos personales hallados entre su vestimenta fueron una tonfa metálica retráctil en estado de oxidación; una bolsa tipo Ziploc, con su DNI; un cuello tubular tipo polar de color negro con calaveras y huesos cruzados; una bolsa de tela color negra con una pequeña piedra esférica gris verdosa (“una Geoda para decoración” según evaluó la geóloga Povilauskas); un par de aros en forma de hachas, sin utilizar, y envueltos en papel de regalo azul; dinero ( $323 en billetes y $ 6,70 en monedas); un encendedor de bolsillo; lentes de sol marca Mormaii rotos en uno de sus marcos y seis preservativos en sus envases.
Tras describir de manera pormenorizada los tatuajes del cuerpo, los peritos se detuvieron en una cinta negra de 1,40 metros de largo y 3 cm de ancho, que apareció sobre su campera celeste y blanca a los costados. Los forenses estimaron, de forma preliminar, que se trataba de un lazo que Maldonado podría haber usado a modo de cinturón. Sin embargo, los investigadores creen que ese lazo corresponde en realidad a las tiras del morral negro, que presuntamente contenían piedras, y que en algún momento del trágico desenlace se desprendió o descosió de su base.