El Gobierno nacional a través del Banco Central tiene decidido poner en circulación a partir del mes de octubre el billete de 1.000 pesos que tendrá un color rojizo con la figura del hornero y que se convertirá en la moneda nacional de mayor denominación en el mercado.
El nuevo billete busca facilitar las transacciones diarias en un contexto de alta inflación e informalidad estructural de la economía. Los últimos billetes lanzados de 200 y 500 pesos aún son difíciles de conseguir pese a que constituyen el 25% del dinero circulante.
La razón de que el billete de $100 continúe siendo el más utilizado y siga inundando el mercado se debe a que las denominaciones de $200 y $500 se venden a un precio más alto, luego de que el BCRA se retiró del nuevo mercado de compra de billetes. Y las sucursales bancarias los necesitan para hacer más eficiente el uso del espacio en las abarrotadas tesorerías.
Con todo, el hornero se convertirá en el mes de octubre en el billete de mayor valor y constituya el 11% del total de la emisión del papel moneda.
Junto a esta novedad, los argentinos tendrán disponibles para el último trimestre la moneda de 5 pesos y el nuevo billete de $20 con la imagen del guanaco. Este reemplazo será un progresivo y lento adiós a Juan Manuel de Rosas y la Vuelta de Obligado, la batalla que encabezó en 1845 el entonces brigadier para repeler la invasión anglofrancesa.
El plan del BCRA para mejorar la calidad del circulante, según la visión de su presidente Federico Sturzenegger, continuará el año que viene con la acuñación de la moneda de $10. El billete de menor de denominación pasará a ser el de $20, mientras que los de 2, 5 y 10 pesos serán destruidos en mediano plazo y serán reemplazados por monedas de acero con un revestimiento que permite que puedan ser leídas por una máquina expendedora.
La intención es que la emisión de dinero físico sea más barata y que, al mismo tiempo, cumpla con objetivos de calidad y seguridad. Las monedas volverán a tener el protagonismo perdido en los últimos años, ya que son más baratas que la impresión y tienen un mayor vida útil.
Aunque estos cambios están en marcha, las dificultades para los bancos no cesan. Abarrotados de billetes, el exceso de efectivo se profundiza por la capacidad limitada para destruir los que están deteriorados. El Banco Central adquirió a comienzos de año una gran máquina que funciona en la Casa de la Moneda con el objetivo de destruir los viejos ‘Roca‘ de 100 pesos. La meta es eliminar 10 millones de billetes de pesos por día.
A ello se suman los costos mayores de logística para trasladar los sobrantes que puede haber en cada sucursal. Antes, este inconveniente se resolvía con el envío del excedente a los tesoros regionales del BCRA.
Según el Centro de Estudios Económicos del Sur (CeSur), del total de 6.421 millones de billetes que hay en la Argentina, unos 4.258,9 millones corresponden a la denominación de 100 pesos (66,3%), mientras que los de 500 pesos con la imagen del yaguareté representan el 4,3% (275,2 millones). Por último, la ballena franca austral (24,4 millones de billetes) de 200 pesos significa apenas el 0,4% del total circulante físico.