En el Senado se vivió un momento histórico. Unos minutos después de las 14, Cristina Kirchner, presidenta de la Cámara alta, dio inicio a la primera sesión virtual en la historia del Congreso, que tuvo que modificar su protocolo habitual debido a la pandemia de coronavirus, que avanzó en todo el mundo y llegó a la Argentina hace un mes y medio.
Después de tironeos y negociaciones entre el oficialismo y la oposición, este miércoles los legisladores sesionaron para tratar 20 Decretos de Necesidad y Urgencia firmados por Alberto Fernández en el marco del COVID-19. Por unanimidad los senadores aprobaron el dictamen sobre los 20 DNU. Sin embargo, algunos legisladores del Juntos por el Cambio se abstuvieron o rechazaron algunos de los decretos como el 313, que amplió la prohibición de ingreso al territorio nacional a través de puertos, aeropuertos, pasos internacionales, y el 319, con el que se congelaron las cuotas de los créditos hipotecarios.
En el recinto solo estuvieron los senadores Martin Lousteau, Maurice Closs, Claudia Ledesma Abdala y Laura Rodríguez Machado. La sesión la presidió la ex jefa de Estado. El resto de los legisladores estuvieron en sus despachos o en sus casas siguiendo el debate en forma virtual y esperando el turno para hablar.
El único ausente en esta jornada fue el tucumano José Alperovich, que permanece de licencia luego de que su sobrina lo denunciara por abuso sexual. El ex gobernador se encuentra licenciado desde noviembre del año pasado.
“Verifiquen que sus micrófonos estén muteados”, fue la primera frase que dijo Cristina Kirchner, luego de sentarse y saludar a los legisladores que la miraban a través de la pantalla. Una frase que marca con claridad el hecho histórico y el lenguaje que por estos días ha invadido a la dinámica de muchos trabajados.
En los primeros minutos hubo inconvenientes con el audio de algunos legisladores y del secretario parlamentario. Por momento, Cristina Kirchner, también se quedó sin audio. Pero el problema se solucionó con rapidez. Luego, hubo un nuevo inconveniente. En el momento que se estaba leyendo la votación sobre los decretos hechos por la presidencia, se empezaron a superponer voces: la del secretario con la de los legisladores que ratificaban el voto que habían hecho porque el sistema no se los había computado.
Una vez resueltos esos primeros problemas, comenzó la ronda de exposiciones. La primera en hablar fue la mendocina Anabel Fernández Sagasti, que destacó las medidas tomadas por el gobierno nacional y apuntó contra el sector de la oposición que pidió salir con mayor rapidez de la cuarentena debido al impacto económico que tendrá el parate de las actividades.
“La economía que recibió el Presidente no estaba bien antes de la pandemia. Todo lo contrario. Algunos dirigentes tienen una amnesia selectiva respecto de lo que es el pasado reciente”, sostuvo la senadora de La Cámpora. En esa línea, recordó que cuando llegaron al gobierno había “200 mil puestos de trabajo perdidos, un promedio de 16 pymes que se cerraban por día, deuda externa y 10% de desocupación”.
“Se puso de moda entre los opositores decir que la caída de la economía va a dejar tantas vidas en el camino como la pandemia. Es una falacia lo que intentan imponer. En este paquete de 20 DNU hemos salvaguardado la vida de muchos argentinos y garantizamos derechos sociales y económicos”, dijo, luego de comparar los datos sobre la caída de la economía con los que tienen Chile, Brasil y Estados Unidos, donde el aislamiento no fue tan estricto como en Argentina.
Esos minutos en los que hablo Fernández Sagasti fueron los únicos en los que estuvo presente Cristina Kirchner en las primeras dos horas de sesión. Luego, se levantó y se retiró a su despacho. La sucedió la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala.
Una de las palabras destacadas fue la de Martín Lousteau, que pidió ampliar el consejo de epidemiólogos que asesora al Presidente y sumar una mesa económica para poder evaluar los pasos a seguir una vez que termine el aislamiento.
“En materia sanitaria como económica si respondemos tarde, si demoramos, va a ser peor, va a ser muy difícil contener lo que está pasando. Hay efectos permanentes. Hay puestos de trabajo que se van a perder”, afirmó.
El legislador de la oposición dijo que “la salud es prioridad” pero también “es cierto que cuando termine la pandemia y pasen los años, habrá una evaluación en dos dimensiones: la cantidad de vidas que se pudieron salvar y el impacto económico que dejó el parate”.
“El objetivo prioritario es la salud pero tiene que ser con el menor costo económico posible”, sostuvo, al tiempo que pidió trabajar para ordenar y dotar de más datos al sistema del Estado, debido a que muchos de los beneficios otorgados por el Gobierno no fueron efectivizados en su totalidad debido a la falta de datos o el protocolo para poder obtenerlos.
La sesión fue escalando en tensión a medida que pasaba el tiempo y se acumulaban los discursos. La primera en subir el tono de la discusión fue la senadora opositora Silvia Elías de Pérez. “Somos una oposición que entiende perfectamente el rol que tenemos en este momento. Estuvimos a disposición del Presidente. Pero eso no significa que dejemos de cumplir nuestro rol y señalando las cosas en las que no estamos de acuerdo”, sostuvo.
La senadora radical dijo que “hay un sector del gobierno que ha escuchado y prestado atención a las cosas que dijo la oposición” y hay otros sectores “que le faltan el respeto a la oposición”. Luego, cuestionó la cantidad de DNU que sacó el Gobierno. “El problema de la cantidad de delegaciones que se dejan en manos del Presidente y el Jefe de Gabinete es que después es muy difícil volver atrás”, explicó. Y remató: “La democracia se consolida con más democracia”.
La tensión subió aun más cuando tomó la palabra la senadora de Juntos por el Cambio Laura Rodríguez Machado aseguró que “es tremendo que desde el Gobierno nos pidan elegir a los argentinos entre salud o quedarnos sin trabajo”.
“Cómo puede ser que el Presidente nos diga: ‘O se mueren todos o se quedan sin trabajo’. Y los argentinos nos quedamos con un gusto amargo y no sabemos como mantener nuestra fuente de trabajo”, indicó la legisladora, que se sentó en el recinto con un barbijo amarillo, color característico del PRO, partido del que es vicepresidenta segunda.
A su turno, Oscar Parrilli, ocupó su tiempo en repasar los decretos de necesidad y urgencia que sacó Mauricio Macri durante su presidencia. Mientras tanto, Cristina Kirchner asentía con la cabeza cada una de las acotaciones del ex secretario de la Presidencia. Cuando se terminó el tiempo la ex jefa de Estado le dijo:“Los 10 minutos de DNU del macrismo se terminaron. La próxima vez sigue contando los decretos que sacaron en los últimos 4 años”. Ambos esbozaron una sonrisa.
Al final, hablaron los presidentes de los bloques. Luis Naidenoff y José Mayans, que presidente los dos bloques más importantes, cerraron la sesión con sus discursos. El senador que presidente el bloque de Juntos por el Cambio manifestó su disconformidad por el tiempo que tardó el Senado en volver a funcionar y dijo: “Ya no hay margen en la Argentina para que no haya una normaliddad institucional. Es el momento para que el Congreso discuta las leyes”.
Por su parte, Mayans resaltó las medidas tomadas por el gobierno nacional durante la pandemia, cuestionó los cacerolazos que hubo contra la salida de presos y la baja de los sueldos de los políticos, aseguró que la deuda “es impagable” y afirmó: “Tenía miedo de que los bonistas acepten nuestra oferta. Porque si la aceptaban, no sé con que la íbamos a pagar. Si esta deuda es impagable”.
Finalmente, llegó el momento de la votación y Cristina Kirchner explicó como se llevaría acabo. Como había un acuerdo político previo para que 18 de los 20 DNU tuvieran un acompañamiento unánime, el secretario parlamentario leyó cada voto por separado y aclaró que senadores eran los que no acomapañaban los dos decretos en cuestión. Uno de ellos era el que ordenó cerrar las fronteras y otro el que prohibió los despidos.
El debate virtual en el Senado se había desarrollado con cierta normalidad hasta unos minutos después de las 17. Los legisladores llevaban tres horas debatiendo sobre los decreto de necesidad y urgencia que firmó el presidente Alberto Fernández durante el último mes y medio en que la pandemia llegó a la Argentina.
Los problemas técnicos de las primeras horas estuvieron vinculados a interferencias entre los legisladores, debido a que algunos dejaban el micrófono prendido. La presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala, que presidió la mayoría de la sesión hasta el momento, les pidió en reiteradas oportunidades que prestaran atención y controlaran los micrófonos. Pese al reclamo, las interrupciones siguieron ocurriendo.
Cuando el reloj marcó las 17:07, y mientras hablaba el senador de Juntos por el Cambio Esteban Bullrich, el sistema de pantallas se quedó en blanco. La voz del ex ministro de Educación desapareció y un segundo después desaparecieron todas las caras de los 72 senadores que estaban siguiendo en la sesión en forma remota.
Después de 10 minutos Abdala intentó seguir con la sesión pero Bullrich no estaba presente parra terminar su intervención. Esperó unos minutos más y le dio la palabra a Mariano Recalde, del Frente de Todos, pero al senador de Capital Federal no se lo escuchaba. Luego, Bullrich reapareció y logró terminar con su discurso.
El problema técnico duró cerca de 20 minutos. En ese tiempo se logró restaurar la sesión con la mayoría de los legisladores.