El Gobierno defendió este miércoles la apertura de importaciones para productos de la canasta básica anunciada el martes, incluso luego de que desde la Unión Industrial Argentina (UIA) cuestionaran la decisión y expresaran preocupación, al entender que esto afecta a la competitividad de las empresas locales y genera un “trato desigual”.
El encargado de la réplica fue el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien sostuvo que la “farsa” de cerrar la frontera para proteger la producción argentina perjudica a los que menos tienen y ya demostró un “profundo fracaso” los años anteriores.
En una dura carta, desde la entidad que nuclea a las cámaras más importantes del sector, y de todo el país, señalaron que el anuncio del gobierno de Javier Milei “afecta seriamente la competitividad de las empresas que operan, producen y emplean en el país”. No obstante, el portavoz del Presidente aseguró todo lo contrario: que en que la Casa Rosada quieren mejorar las condiciones de las Pymes, los emprendedores y los dueños de las compañías, como así también bajarles impuestos.
“Respetamos la opinión de la UIA y de hecho conversamos con todos los sectores. Entendemos que los supermercadistas hablaron de cómo se habían excedido en la remarcación y en virtud de esa situación el ministro [de Economía, Luis] Caputo tomó la decisión de, dentro de las circunstancias, el contexto y las limitaciones que tenemos en materia cambiaria y en disponibilidad de reservas, empezar paso a paso a abrir la economía con productos básicos”, introdujo en su tradicional conferencia de las mañanas Adorni, para justificar primero esta cuestión que permitirá que ingresen desde el exterior, por ejemplo, atún, café, cacao, champús y pañales, incluso con reducción de impuestos y facilidades para su importación.
Después, en una respuesta directa a las valoraciones de la organización comandada por Daniel Funes de Rioja, indicó: “No va a ser un problema de competitividad por las palabras de los supermercadistas, por los amplios márgenes que tenían devenidos de precios excesivos en virtud de cubrirse de algo que no pasó: de un dólar de 2.000, 3.000 o 10.000 pesos; de un escenario catastrófico que no llegó a tal punto, a Dios gracias, más allá del momento complejo”.
Asimismo, el ladero del Presidente puntualizó en que “nunca el mercado estuvo tan cerrado como en los últimos 15 o 20 años” y señaló que, pese a las restricciones, hubo empresas que se fundieron igual. Entre ellas nombró a los tambos.
Convencido de que antes de la llegada de Milei al Ejecutivo había un país “hipercontrolado”, Adorni comentó también que en los últimos diez años el empleo formal no creció, los salarios se destruyeron y tampoco abrieron nuevas empresas. “Hay que tener cuidado cuando uno habla de cerrar para proteger. No hablo de la UIA. En términos generales cerrar la economía suele beneficiar a unos pocos y perjudicar a muchos”, sentenció.
Seguro además de que en la Argentina mucho tiempo los productos se pagaron más caros que en el resto del mundo por tener la economía limitada, el vocero aseguró que en ese tipo de realidad solo ganan aquellos vinculados a los funcionarios que tienen “el sello de goma” para prohibir o permitir importaciones. Y siempre bajo esa postura, insistió: “Cuidado con cerrar el país para proteger la industria nacional porque ha dado muestras de absoluto fracaso. Terminemos con la farsa de ‘cerremos la frontera para jugar entre nosotros a vendernos cosas’. Lo único que hacemos es perjudicar a todos los argentinos, en especial al que menos tiene”.