Buenos Aires, 29 de enero.- Las mediciones del INDEC, especialmente la de inflación que a su vez tiene impacto en otros indicadores como el de pobreza, son cuestionadas por consultoras privadas desde enero de 2007, cuando comenzó el desplazamiento de técnicos que no estaban de acuerdo con lo que consideraban una "manipulación" de la información oficial.
Durante los primeros meses de 2011, y a pedido del gobierno argentino, el FMI envió dos misiones técnicas a Buenos Aires con el fin de confeccionar un informe que sirviera como base para la elaborar una nueva medición de la inflación a nivel nacional.
Incluso el staff técnico del FMI visitó varias provincias para interiorizarse de la metodología utilizadas por sus departamentos de estadísticas que suelen registrar varaciones en la inflación muy superiores a las medidas por el INDEC.
Luego se sucedieron visitas de la cúpula del INDEC al FMI para intercambiar información, al tiempo que el ministerio de Economía había convocado a un grupo de universidades nacionales con el mismo objetivo de asesoramiento técnico, pero finalmente el trabajo crítico elaborado por el grupo no fue utilizado.
El 13 de julio de 2011, el directorio del organismo comunicó que se reuniría nuevamente "dentro de un plazo de 180 días para evaluar el progreso alcanzado y decidir sobre las medidas que sean necesarias en base a las recomendaciones del personal técnico del
FMI".
En esa oportunidad, la institución manifestó su interés en "mejorar la calidad de los datos reportados por Argentina sobre el IPC y el PBI" y dijo que esperaba que "la provisión de dichos datos se torne consistente con el cumplimiento de las obligaciones establecidas en el Convenio Constitutivo del FMI y se implementen medidas apropiadas en base a las conversaciones que las autoridades están sosteniendo con el personal técnico"
