Música, danza y vinos que reflejan la diversidad de la Argentina deslumbraron a los líderes del G20 en la función de gala y posterior cena en el mítico Teatro Colón, tras el primer día de eventos oficiales de la cumbre. El templo de la lírica que vio pasar las máximas estrellas, de Maria Callas y Enrico Caruso, a Igor Stravinsky, Lily Pons o Arturo Toscanini, albergó a los jefes de Estado y gobierno, junto a sus cónyuges, representantes de la Unión Europea y organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial y la ONU.
En una Buenos Aires blindada, el Colón -joya arquitectónica inaugurada en 1908- recibió a los invitados que, antes de ingresar a la sala principal, se tomaron juntos una foto, esta vez con Angela Merkel.
El show creado para la ocasión fue un despliegue tecnológico, visual y artístico con 84 bailarines y 75 músicos en vivo, que recorrió la diversidad de climas, paisajes, etnias y culturas, forjadas entre nativos e inmigrantes de este país. La pluralidad musical -rock, chamamé, malambo, cueca, zamba, carnavalito, tango, rap y hip hop- acompañó los cinco cuadros que representaron a las regiones de Patagonia, Cuyo, Litoral, Noreste y la Pampa.
A las composiciones originales del espectáculo a cargo de Gustavo Mozzi, también responsable del guión escenográfico, Nicolás Sorín y Nicolás Guershberg, se sumaron piezas de los maestros Alberto Ginastera y Mariano Mores, además de temas de Charly García y Gustavo Cerati.
Participaron también el Ballet Salta, los campeones de malambo de los dos últimos años, la bagualera Balbina Ramos y el acordeonista Javier Acevedo, y los invitados Julio Boca y Mora Godoy.
En tanto, la cena tiene lugar en el majestuoso Salón Dorado del coliseo porteño, con un menú de delicias varias, con la preciada carne y el reconocido vino Malbec como estandartes. Pero, al igual que los rock star cuando salen de gira, los organizadores del banquete atendieron los pedidos especiales de algunos mandatarios.
Trascendió que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan pidió comida halal y por su condición de observante musulmán tampoco probará el alcohol, además tendrá un mozo asignado en su mesa solo para él. El francés Emmanuel Macron se inclinó por comida vegetariana.