El Banco Central de la República (BCRA) resolvió ayer en su reunión de directorio que aplicará un tope del 55 por ciento a la tasa de interés para compras en pesos que pueden cobrar los bancos a sus clientes por el uso de tarjetas de crédito, informaron a la agencia oficial de noticias Télam fuentes de la autoridad monetaria.
La medida fue acompañada con la reducción de 4 puntos de la tasa de política monetaria que el Central instrumenta a través de las Letras de Liquidez (Leliq), que pasó del 44 al 40 por ciento anual, y que comenzará a regir a partir de la próxima licitación, el 20 de febrero.
"La decisión fue adoptada en base a la desaceleración registrada en la tasa de inflación y las perspectivas de continuidad de dicha tendencia", informó la autoridad monetaria en un comunicado. Y agregó: "El directorio del BCRA considera que tasas de interés excesivamente elevadas pueden demorar la recuperación de la actividad económica".
La medida del Central fue convalidada por el Banco Nación, que hoy hará efectiva una baja en su tasa nominal anual (TNA) para el uso de tarjetas de crédito del 67 por ciento hasta el 49,5 por ciento, luego de la reunión de directorio, confirmaron a Télam desde el Nación.
Las tasas que los bancos cobran a los clientes que financian compras realizadas en pesos con tarjetas de crédito venían provocando el enojo del presidente Alberto Fernández. Según el diario Ámbito Financiero, el límite a los intereses que cobran los bancos sobre tarjetas se haría por resolución.
Además, se dispuso congelar por 180 días las comisiones o cargos que cobran por los diferentes servicios, tras comprobar que las entidades habían vuelto a enviar en las últimas semanas avisos a sus clientes anunciando nuevos incrementos que comenzarían a regir desde marzo.
Ambas decisiones confirman que el Gobierno apuesta a que el comienzo del año económico, como se suele considerar al mes de marzo, llegue con reglas que predispongan a la gente a gastar, para poner en marcha el consumo y dar estímulo al ciclo económico.
Con todo, la decisión de avanzar en un tope a la tasa de tarjetas estuvo directamente relacionada con el pedido presidencial. Y fue mencionada el martes pasado en una reunión que los representantes de los bancos mantuvieron con el titular del Central, Miguel Pesce, quien los conminó a que le giren en cuestión de horas una propuesta o se resignen a que se dispongan topes por norma. Incluso le aclaró a uno de los banqueros que esa decisión podría precipitarse en la reunión de directorio adelantada para ayer por el viaje que el presidente del BCRA hará al G-20, que celebrará reuniones en Arabia este fin de semana.
La apuesta oficial es que en marzo, un mes de aumento sensible en los gastos (algo relacionado con el comienzo del ciclo lectivo), las familias tengan la posibilidad de financiar parte de esos consumos a menor costo, un aliciente con el que -confían- se animen a gastar.
El malestar del presidente Alberto Fernández está relacionado con cartas y reclamos personales que recibió al respecto, acompañados de fotos de los resúmenes donde aparece el elevado interés que los bancos cobran por financiar consumos en pesos realizados con tarjetas de crédito. Se trata de tasas que bajaron muy tenuemente en los últimos dos meses, mientras el resto de las tasas pasivas (que se pagan por los ahorros) y activas (en especial por préstamos a empresas) cayeron marcadamente siguiendo o hasta ampliado la reducción del 63% al 44% que tuvo el tipo de interés de referencia para la economía.
De hecho, van del 70 al 260 por ciento anual (en el caso de financiaciones que dan las cadenas o supermercados a través de los plásticos que emiten) y del 110 al 140 por ciento en los bancos privados con grandes carteras.
Según pudo establecer el diario La Nación por consultas con fuentes oficiales y privadas, el reclamo al respecto se coló a poco de comenzar la reunión del martes pasado.
Y se reiteró incluso cuando los bancos sostuvieron que parte del costo de ese tipo de financiamiento deriva de lo que les cuesta sostener los programas oficiales de estímulo al consumo Ahora 12 y Ahora 18.