Dos familias oriundas de la ciudad de Alepo, devastada por el terrorismo, ya se instalaron en Mendoza, convirtiéndose en las primeras de una serie que llegarán a la provincia en el marco del ‘Programa Siria’ de la Dirección Nacional de Migraciones para la recepción de refugiados.

‘No paran de decir gracias. Estamos comiendo empanadas de carne y de jamón y queso… bien argentinas y aunque no saben hablar ni inglés ni español se los ve súper felices‘, contó a Télam Jimena Pizarro, bailarina de 23 años y madre de un niño de dos, que les abrió las puertas de su departamento a una de las dos familias para que se alojen y empiecen aquí una nueva vida.
‘Me conmovió mucho ver la imagen del niño sirio muerto en las playas y enseguida pensé en ayudar.

Llegaron muy felices y súper agradecidos y les dejé mi departamento para ellos cuatro y en dos semanas, cuando se termine una obra en la casa de mi mamá, se mudaran con ella a su casa’, contó Jimena, que por estos días se instalará en la casa de su suegra.

Jimena albergó a un matrimonio con un hijo de 12 y una niña de 4 años; mientras el otro grupo, que integra una mujer viuda con tres hijos varones, se alojó con una familia mendocina en Lunlunta, Luján de Cuyo, tras desembarcar en Mendoza sin tener contacto con la prensa.

Mariela Caviglia, mamá de Jimena y abogada de la Fundación Calhayma, comentó en el aeropuerto: “Estamos felices y contentos recibiendo a las primeras familias que llegan a Mendoza, donde la idea es que se queden a vivir acá.

Primero en casas de familia y luego, cuando aprendan el idioma y atraviesen el proceso de integración, la idea es que tengan su vivienda y su lugar para vivir y se integren a la sociedad”. 

‘Entendemos que las familias han perdido todo, están con lo puesto y tienen muchas limitaciones. Sabemos que el papá se desempeñaba como chofer de micros y la mamá en una empresa de limpieza’, agregó.

Jimena contó que la idea de refugiar a estas familias comenzó cuando vieron ‘la imagen del niño sirio‘ Aylan Kurdí, muerto en una playa turca sobre el mar Egeo, una fotografía que conmovió al mundo en septiembre de 2015.

Luego de averiguar cómo podían ayudar a través de internet, Jimena y su mamá, Mariela Caviglia, se inscribieron para ser ‘familias llamantes‘, requisito obligatorio para la llegada de refugiados sirios al país.

Los ocho integrantes de las familias sirias que aterrizaron en Mendoza no conocen el español ni el inglés, pero saben que cuentan con mucho apoyo de la sociedad mendocina que se contactó para ayudar con clases de idioma y apoyo médico o psicológico.