Buenos Aires.- Aunque admite que ‘a Cristina la terminó perjudicando esa forma cerrada de no escuchar al no kirchnerista’, el periodista deportivo y panelista de ‘Intratables’ sigue defendiendo la gestión kirchnerista con el mismo ímpetu con que critica la actual. ‘Están echando gente de una forma cínica’, denuncia Brancatelli y admite tener miedo de perder su trabajo en Fútbol para Todos. ‘Lo que se está buscando es que no haya debate, una dominación absoluta de las voces y de las ideas’, acusa.
‘Se necesita a una Cristina conductora hablando en los medios’, insiste quien, definitivamente, extraña a la ex presidente.
— ¿Hasta cuándo creés que te bancás seguir peleando con la gente? ¿No agota en un momento?
— Sí, no es lo mejor. Uno no es que le gusta debatir y discutir. Pero en estos últimos 100 días lo que se está buscando es que no haya debate, que no haya pelea, que haya un sometimiento y una dominación absoluta de las voces y de las ideas que quieren acallar, que quieren silenciar, que quieren despolitizar y desideologizar justamente. Cuando se hagan las cosas bien, cuando se respete y se cumpla con lo dicho yo creo que también uno va a bajar un cambio. Me parece que la situación no da para que yo baje mucho los cambios. Si no también se empieza a apagar una de las últimas voces que quedan por lo menos en los medios de comunicación. Ya han silenciado un montón.
— Para ser equitativos vamos a preguntar lo mismo para Macri y para Cristina. Nombrame dos cosas buenas y dos malas de cada uno.
— Empecemos por Mauricio Macri. Es difícil las buenas. Una es que es consecuente con sus ideas y con su forma de pensar y de vivir, no fue campaña del miedo, lo que dijo lo hizo. Y lo que no dijo también lo hizo, pero lo pensaba. No lo dijo porque si no no ganaba las elecciones. No se falló a sí mismo. Te puede gustar a no, a mí no me gusta y lo respeto. A mí no me gusta y lo voy a exponer y lo voy a visibilizar siempre lo que no me gusta, voy a ser crítico.
— No logras decirme una buena…
— Lo bueno es que una persona a la que le gusta trabajar poco como Mauricio Macri aceptó tener el trabajo más difícil que puede haber en este país que es gobernar a 40 millones de argentinos.
— ¿Por qué decís que le gusta trabajar poco?
— Porque le gusta trabajar poco, le gustó siempre trabajar poco.
— Insisto ¿en qué te basas?
— Porque lo sé. Estoy convencido. Le gusta trabajar poco, le gusta estar de vacaciones, trabajar pocas horas. Es lo que yo creo.
— ¿Las malas?
— Creo que está dividiendo más al país y justamente prometió lo contrario. Está acentuando las diferencias, muchísimo. Y lo segundo es que está, y me duele muchísimo, dejando mucha gente afuera. Cuando digo gente afuera es gente sin laburo, están echando de una forma cínica, están echando de una forma desleal y les está importando muy poco eso.
— ¿No encontrás ni una cuota de responsabilidad en el kirchnerismo y en cómo recibió el país?
— Seguramente hay muchas cosas para corregir. Por algo se postuló. Sabiendo cual era el problema y también porque él tenía la solución. Si te postulaste, ganaste, y ahora que ganaste ¿te vas a quejar de lo que ganaste? No te hubieras presentado si no sabés qué hacer con eso. Para gobernar para hacer las cosas peor y para vivir peor, hubieses dejado a alguien que sabe.
— Vamos a Cristina. Las dos mejores, no nos podemos quedar hasta mañana, así que elegí tus favoritas…
— Primero ella, una mujer, gobernó el país 8 años, es muy difícil gobernar nuestro país. Ella lo gobernó con una gran aceptación y se fue por la puerta grande con una imagen muy alta. Una imagen que intentan dañar día a día, embarrarla y desprestigiarla. Se quedó hasta el último día cuando todos predecían que se iba antes. Admiro su capacidad de poder gobernar ocho años. Y lo segundo es que ella le devolvió la ilusión a un montón de gente; a jubilados, a jóvenes. Recuperó los valores de la política como una de las grandes figuras de la política mundial. La gente volvió a participar de la política como una pasión que hacía décadas no se notaba.
— ¿Y las dos grandes deudas que deja?
— Obviamente enamoró al núcleo kirchnerista e hizo que nos pongamos una camiseta que la vamos a bancar hasta las últimas consecuencias, pero fue muy dura en no escuchar también a los que pedían otra cosa, abrir un poco más el radar en cuanto a lo que le han solicitado. Si Cristina daba algunos pequeños gestos al no kirchnerista hoy seguiría gobernando y le pedirían que no se vaya o habría ganado Scioli, hubiese ganado el kirchnerismo. Esa forma cerrada de no escuchar al no kirchnerista terminó perjudicando y eso no está bueno.
— ¿Y fue solo un tema de no escuchar? Me acuerdo de las cadenas oficiales o los discursos orientados totalmente al kirchnerismo y no a toda la población.
— Yo amaba las cadenas, es más, estoy esperando que alguien haga plata, que me venda los DVD con todas las cadenas nacionales. Al que le gusta la política, al que ama la política sin importar el partido, tiene que adorar a Cristina y tenes que valorar escuchar, es como escuchar a los Beatles.
Fuente: Infobae
