Un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976, que marcó el inicio de la dictadura cívico-militar, es recordado hoy con diversos actos, movilizaciones y actividades en todo el país, y tiene como escenario central a la Plaza de Mayo y calles aledañas, donde confluyen organizaciones de derechos humanos, agrupaciones políticas y sociales.
Este año, el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en homenaje a las víctimas de la junta militar que tomó el poder 42 años atrás, reune en un sector de la Plaza de Mayo a los organismos en torno a una misma consigna: “la unidad” en la acción y en los reclamos, la aspiración de lograr una asistencia “masiva” en las conmemoraciones que se realizarán en todo el país.
Pasadas las 13, en la ciudad e Buenos Aires, la avenida de Mayo se convirtió en el principal punto de encuentro, enmarcado por las fumarolas de los puestos de choripan, panchos, empanadas y hasta pochoclo que se alternaban con las mantas y stands que ofrecían remeras, libros, banderas, artesanías y calcomanías.
Esas prendas contaban sus propias historias. Si años atrás lo que dominaban eran los estampados con las consignas “Juicio y Castigo” o “Memoria, Verdad y Justicia”, las remeras y banderas mostraban este mediodía una multiplicidad de lemas: muchas contra Mauricio Macri, la ministra de Defuridad, Patricia Bullrich, y la política de seguridad de Cambiemos, otras tantas defendían a Cristina Kirchner. Desde “Son 30.000”, “Fuera Bullrich”, “Algo habría hecho” (con las caras de Santiago Maldonado o Facundo Ferreira, el niño baleado por la policía en Tucumán) hasta el nuevo “hit” gestado en las tribunas de fútbol : “M.M.L.P.Q.T.P”. El canto se repetía en algunos sectores de la movilización.
En la pantalla gigante en el escenario principal se leía: “Marchamos contra el ajuste, la represión y la impunidad. Por una democracia sin presas y presos políticos ni genocidas sueltos”.
La Plaza y el corredor de la Avenida de Mayo estuvieron desde temprano dominadas por jóvenes, grupos de estudiantes y familias completas que recorrían los stands o hacían picnics en el suelo. Murgas, actores y el rock de los parlantes completaban ese escenario.
Sobre las diagonales Norte y Sur y en la Avenida de Julio, en cambio, ganaban peso los grupos más organizados y convocados por los partidos políticos y organizaciones piqueteras. Era el lugar de los bombos, redoblantes y colectivos.
El primer acto, convocado por Abuelas de Plaza de Mayo y las Madres de la Línea Fundadora y otros organismos de derechos humanos, comenzó a las 14.35, con el tradicional llamado: “¡30.000 desaparecidos, presentes!”, seguido por un repaso de las marchas y actos en todo el país.
La convocatoria a la movilización estuvo a cargo tanto del colectivo integrado porAbuelas y Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, el CELS, Hijos y la APDH (entre otros), como en la del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, nutrida por agrupaciones de derechos humanos, políticas y sociales de izquierda.
La concentración en la ciudad de Buenos Aires tiene particularidad de realizarse en elespacio delimitado entre el Cabildo y la Pirámide de Mayo, por las obras de remodelación de la Plaza que desde noviembre realiza el Gobierno porteño y en conformidad con lo acordado con los organismos de derechos humanos.
“En este 24 de marzo, el llamado a la unidad resulta necesario por el reclamo de la libertad de los presos políticos, para denunciar los retrocesos en las políticas de Estado de Memoria, Verdad y Justicia, la lentitud en los procesos judiciales y la pretensión del gobierno del otorgamiento indiscriminado de las domiciliarias a los genocidas”, declararon en un comunicado 13 organizaciones de derechos humanos.