Considerado el bebé más chico del país al que se le trasplantó un corazón, Franco Dalmolín ya tiene ocho años y ahora recorre junto a sus padres los centros de salud para “agradecer y concientizar acerca de la importancia de donar órganos”.
Cuando sólo tenía ocho meses de vida, el nene entrerriano fue trasplantado en el hospital Garrahan, donde llegó por una cardiopatía congénita grave. Hoy, junto con sus padres, busca crear conciencia y acompañar a otras personas que pasan por la misma situación.
Libia Gallo, la madre del niño, dijo que ‘queremos que los padres que están a la espera de algún órgano vean nuestro caso para reforzar su fe. Que sepan que siempre hay una esperanza, incluso cuando se piensa que todo esta perdido‘.
‘Sepan que al donar un órgano están dando vida, que la vida de otras personas puede estar en una decisión‘, dijo Gallo, al dirigir un mensaje a los potenciales donantes.
En este sentido, la mujer destacó que ‘sé que ante una pérdida se siente un dolor muy grande, pero también estimo que se puede encontrar algo de paz, sabiendo que ayudan a otra persona a seguir viviendo‘. Franco vive con su familia en la localidad de Chajarí, en la provincia de Entre Ríos, y ‘lleva una vida como cualquier otro chico, aunque necesita algunos cuidados especiales‘.
Desde el 10 de septiembre de 2004, Franco empezó a vivir con un corazón trasplantado. En ese entonces pesaba cinco kilos cuando fue trasplantado por el equipo Trasplantes del Garrahan, a cargo del médico Horacio Vogelfang. Su vida cambió cuando llegó el corazón de Alan, un niño de un año que murió de meningitis en Corrientes.
Con el tiempo, los padres de Alan quisieron conocer a Franco. Según su mamá ‘los padres donantes ven en Franco un pedacito de su hijo‘. Ahora, el niño y sus padres concurren todos los meses al hospital a fin de realizar los controles pertinentes para un trasplante, donde es recibido con mucho cariño por todo el personal.
Fuente: Télam

