Luca Martín Triulzi, de dos años, tiene todas las posibilidades de curarse de una terrible enfermedad. Pero la burocracia interna en varias dependencias del país atenta contra esa posibilidad.
Luca se aferra a la vida. Y su mamá, Natalia Bello, lucha contra los impedimentos que aparecen en el camino de una vital operación.
El bebé desarrolló en octubre último un neuroblastoma, un tumor maligno del sistema nervioso central, el cual fue extirpado en el Hospital General de Niños Ricardo Gutiérrez. Pero en diciembre le descubrieron una contaminación en ganglios y médula osea, por lo cual hizo seis sesiones de quimioterapia muy agresiva. "Todas con resultado positivo", dijo Natalia a Infobae, que creó el hashtag #TodosPorLuca para hacer fuerza para solucionar el problema.
Ahora debe someterse a un trasplante de médula autólogo, sin el requerimiento de un donante externo. Pero para que esa operación tenga lugar, necesita una medicación clave que hoy está retenida en Aduana.
Este medicamento –dimetil sulfóxido (DMSO)– es un material biológico que sirve para conservar la médula. Y debe llegar al Hospital Garrahan con urgencia para serle administrado una semana antes de la operación de Luca. "Ello hará que parte de su médula sana pueda generar las defensas suficientes para estabilizar su propio organismo y pueda tener una vida como la de cualquier chico de dos años sano", contó Natalia.
Pero esta medicación sigue retenida hoy en la Aduana Argentina y debe ser destrabada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
"Desde hace un mes que Luca está en condiciones de someterse a esta operación que sanaría por completo su médula. Pero los trámites burocráticos lo impidieron hasta ahora", explicó Natalia conmovida.
Operación vital
"Los médicos que tratan a Luca me explicaron que la operación debe realizarse antes del 16 de junio para que no haya una recaída de la enfermedad. Pero que cinco días antes, ellos deben contar con este preciado líquido para estimular la parte de médula sana a fin de que el chico genere exitosamente sus propias defensas. Es decir que el lunes 12 a lo sumo, debería estar en el Hospital Garrahan", detalló la madre.
Y agregó: "El estimulante permite que la médula produzca más células progenitoras, que luego se congelan con la medicación que falta y se vuelven a poner en el cuerpo cuando termina el proceso de quimioterapia que está incluido en el trasplante".
Infobae se comunicó con la Aduana y desde su departamento de Comunicaciones explicaron que no tenían conocimiento de esta situación hasta que este medio los contactó. "Los papeles que deben ser presentados correctamente, en este caso por la ANMAT, no habrán sido los correctos o no habrán cumplido los requisitos pertinentes", afirmaron.
"Aduana es el último punto. Y no tendríamos por qué retener algo que es de suma necesidad", completaron, y se comprometieron a ponerse en contacto con Natalia para ayudarla a destrabar la entrega a través de un despachante de aduana.
Natalia, que vive en José C. Paz, también tiene otra lucha aparte de la que lleva adelante en la ANMAT y la Aduana. Y es con el IOMA, la obra social de la provincia de Buenos Aires.
"Luca toma una leche especial que nunca me la mandaron. Además, me mandaron el 70% de la medicación por cada una de las seis quimioterapias a las que Luca se sometió. Y estoy esperando el medicamento para la quimioterapia de mantenimiento post operación", relató la madre.
A esta hora, todavía sigue esperando una respuesta positiva a su reclamo urgente.
Infobae