Luis Moreno Ocampo cobró notoriedad en la Argentina por su trabajo junto al fiscal Julio César Strassera en el Juicio a las Juntas y, más tarde, por su trabajo en la lucha contra la corrupción. Ese currículum lo llevó a ser el primer fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, extendiendo su reconocimiento más allá de las fronteras. 
 

 

Ese prestigio internacional es puesto ahora en duda por una investigación llevada a cabo por la red europea de periodismo de investigación EIC publicada hoy. De acuerdo con la denuncia, que se basa en el análisis de más de 40.000 documentos -balances contables, cables diplomáticos y correspondencia, cruzados con fuentes de información pública- "la integridad de Ocampo" está "en duda mientras estuvo en el cargo y después".
 

La investigación, publicada en España por el periódico El Mundo, afirma que "Moreno Ocampo y su mujer tuvieron negocios en paraísos fiscales durante su mandato en el tribunal internacional" y señala que "al dejar la oficina, defendió a un objetivo potencial del Tribunal para el que trabajó durante nueve años".
 

El 15 de agosto de 2012, dos meses después de que Moreno Ocampo dejara su puesto como fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional, su cuenta en el banco holandés ABN AMRO recibió 50.000 euros procedente de una cuenta en Suiza. "El emisor inicial es Tain Bay, una empresa registrada en Panamá. En los meses siguientes, las transferencias con origen en Panamá y escala en Suiza se repetirán", sostiene el artículo.
 

El Tribunal Penal Internacional fue creado en 1998 para perseguir los peores crímenes contra la humanidad. Luego de nueve años como fiscal en el TPI, hoy Moreno Ocampo trabaja como abogado penal en el estudio neoyorquino Gentik & Getnick, da clases en Harvard y presta servicios de consultoría legal. Tras conocerse los movimientos de dinero y la información de que Moreno Ocampo defendió a un objetivo potencial del TPI, la investigación "pone en duda la integridad de Ocampo mientras estuvo en el cargo y después".
 

Durante los nueve años que duró su mandato, Ocampo tuvo al menos una empresa en un paraíso fiscal. Según el registro de empresas de Panamá, el presidente de Tain Bay era una sociedad llamada Forman Management. Pero los documentos obtenidos por el medio de investigación francés Mediapart y analizados por EIC revelan quién estaba detrás de la empresa panameña: el propio Ocampo y su mujer, Elvira Bulygin.
 

Esa no fue la única "offshore" a la que está vinculado Moreno Ocampo. Su esposa aparece formando parte de Lucia Enterprises, con sede Belice y que en septiembre de 2012 recibió 15.000 dólares del abogado. Transparent Markets, una de las últimas empresas conocidas del abogado argentino, tenía sede en Uruguay, considerado hasta hace poco tiempo un paraíso fiscal en Latinoamérica. "Además, la pareja era accionista de Yemana Trading, registrada en las Islas Vírgenes Británicas y gestionada por Mossack Fonseca,el despacho cuyos negocios quedaron al descubierto con los Panama Papers", sostiene la investigación.
 

Consultado por la red europea de periodismo de investigación, Moreno Ocampo negó que él o su familia evadieran impuestos y aseguró no haber tenido otros ingresos por fuera de los que el Tribunal Penal Internacional le pagaba, un salario que rondaba los 150.000 euros al año. "Tenía que protegerme en un país donde los bancos un día deciden llevarse su dinero. Así que tenía dinero fuera de Argentina", dijo, al tiempo que no negó la existencia de Yemana Trading, Tain Bay y Lucia Enterprises.