Jorge Cloro es sacerdote y durante muchos años vivió en San Juan. "Chicho", como lo llaman en su entorno, plasmó por un largo tiempo su amor y solidaridad en la Villa Independencia, Caucete, donde llevó adelante una tarea social muy importante en la Fundación Sólo Dios Basta que, entre otras acciones, fundó una orquesta musical para niños, jóvenes y adultos. También se desempeñó en la Escuela de Educación Especial y en el Taller de Formación Laboral Aleluya.

 

Al marcharse de la provincia, Cloro retomó su tarea pastoral en Buenos Aires y actualmente es el cura párroco de la parroquia Espíritu Santo de Bernal, donde trabaja para atender a los jóvenes víctimas del narcotráfico en Quilmes.

 

Lamentablemente, la sonrisa que siempre lo caracterizó se borró en las últimas horas. Es que está viviendo una verdadera pesadilla después de haber sido amenazado por narcos. "Gordo, que no se metan con la calle. Decile al cura que sólo haga misa”. Después de darle ‘mensaje’ a uno de los colaboradores de "Chicho", los dos hombre huyeron en la moto. No fue la primera intimidación que recibió: además le tajearon los neumáticos de su coche.

 

 

En su muro de Facebook difundió lo sucedido luego del corte de los neumáticos: “En la rotonda de Pasco me estallaron tres gomas a la vez. El gomero me mostró como una estaba acuchillada. Quiero decir lo siguiente: No tengo miedo a morir por el proyecto de Jesús en absoluto”.

 

 

Luego, también posteó un video en donde pidió: “A todos los de buena voluntad les pido que difundan este vídeo para visibilizar cada vez más el problema de la droga en la IAPI. Gracias, Ni un Pibe Menos”.

 

La parroquia Espíritu Santo está emplazada en el barrio IAPI de Bernal Oeste, allí tras un encuentro con jóvenes para tratar el tema de adicciones, dos personas en moto interceptaron a un colaborador de agente pastoral de dicha parroquia, ubicada en calle 175 bis, entre Formosa y Chaco de la mencionada localidad quilmeña, y le dejaron un mensaje para el padre Cloro: "Gordo, que no se metan con la calle. Decile al cura que sólo haga misa."

 

 

Es que el sacerdote forma parte activa del programa que el Episcopado Argentino impulsa a través de Caritas Argentina Comisión Nacional para la atención y prevención de jóvenes en situación de consumo problemático y en el marco del cual el sábado se realizó una actividad de prevención en el barrio IAPI.

 

Además del mensaje de los motociclistas, el padre Cloro sufrió ayer también daños en su vehículo cuando salió de su casa y al llegar a la rotonda de avenida Pasco y Camino General Belgrano, en Quilmes, se le reventaron tres neumáticos que habían sido tajeados con objetos punzantes.

 

 

“Soy humano tengo miedo a sufrir, a no soportar el dolor, a la soledad en momentos vitales de la vida y a muchas cosas más… Soy, lamentablemente, un cura pecador y no estoy a la altura de la santidad que se requiere en estos momentos. Pero tengo claro que nada ni nadie me va asustar con ningún tipo de amenazas”, fue parte del posteo en Facebook del cura. Y finalizó: “Nuestros niños y jóvenes no son ‘negociables’ y, si debo morir por ellos, seré el hombre más feliz del mundo. Seguiremos con nuestras noches a favor de la vida. Vamos por más!!!!!”, escribió el cura en Facebook tras las intimidaciones.

 

De acuerdo un comunicado del Obispado quilmeño, "no es la primera vez que el padre Cloro recibe amenazas" ya que "en meses anteriores, al realizar junto con un pastor evangélico de la zona y gente del barrio una marcha a favor de la vida y en contra del narcotráfico, tanto el pastor como el sacerdote recibieron mensajes de calumnias y de difamación".

 

 

"Sabemos de casos de sacerdotes que han sido amenazados en nuestro país y que han tenido que trasladarse para salvaguardar su vida y la de su entorno. También conocemos el caso del padre Juan Viroche, de Tucumán, de quien sus feligreses sostienen que fue asesinado por sicarios del narcotráfico", añadió.

 

"Chicho" no se olvidó de su querido San Juan y envió un emotivo mensaje: "Tengo un cariño enorme y mi corazón en San Juan. Estoy muy bien, con mucho apoyo del Obispado, de los curas y la comunidad. Los extraño mucho, a la gente de Villa Independencia, en algún momento seguro estaré por ahi".

 

Con información de El Sol