Julio De Vido dio a conocer una segunda carta desde que está preso y en esta nueva versión, la sorpresa es que el foco está puesto en Cristina Fernández de Kirchner. Sin nombrarla, el exministro de Planificación K firma desde el Penal de Ezeiza un texto más extenso donde se muestra furioso con la expresidenta.
 

Se titula "La mano en el fuego" y alude a cuando Cristina dijo “No pongo las manos en el fuego por De Vido”, en una entrevista con el periodista Gerardo Rozín.
 

 

De Vido embiste en esta nueva misiva contra el Gobierno nacional pero también, contra la exjefa de Estado -de la que fue ministro durante sus dos mandatos completos- y contra el bloque de diputados nacionales kirchneristas, quienes no lo defendieron en el recinto de la Cámara baja.
 

Dice, textual, "estos tiempos de aparente efervescencia de un REPUBLICANISMO a ultranza por derecha y otra oposición a la que yo adhiero fervientemente reivindicadora de los derechos y garantías individuales y fundamentalmente de los DERECHOS HUMANOS".
 

También afirma que "unos cacarean en un lado y ponen los huevos en otro, o sea, algunos lo hacemos por convicción, actitud y militancia y otros, cobarde o hipócritamente, o ambas dos, por conveniencia".
 

Y sigue: "En Argentina el estados de derecho está roto o simplemente no existe y los hipócritas de uno y otro lado miran para el costado. Estoy detenido sin juicio previo en dos causas por delitos que no están probados y de los que nunca pude haber sido el actor por falta de acción, es decir, que con las misiones y funciones que me atribuía la ley, aunque se hubieran cometido yo nunca los hubiera podido cometer".
 

 

De Vido también habla de que está preso "sin juicio ni condena previa".
 

De Vido cree que Cristina lo traicionó. La candidata a senadora nacional no lo invitó a ningún acto de su campaña electoral para el último 22 de octubre. Y solo le hizo llegar un mail a la casilla de su secretaria en el Congreso en el que convocaba a todos los legisladores nacionales K a acompañarla en su nueva aventura en busca de votos.
 

Nadie podrá convencerlo de que fue Cristina Fernández quien lo “abandonó”, lo “traicionó”, a él, que tanto hizo -y tanto conoce- a los Kirchner.
 

También enumera entre las traiciones al diputado Máximo Kirchner, a quien conoce desde el año 1983, cuando el hijo de Cristina y Néstor tenía 7 años. Para el exministro, hoy preso, el joven no participó de la discusión del bloque K de Diputados y ni siquiera se mostró, solidario, en la conferencia de prensa del FpV antes de la sesión donde se votó el desafuero.