Tres instructores y un coordinador de la Policía de Río Negro fueron condenados a prisión hoy tras un juicio por jurados a penas de cumplimiento efectivo por la muerte del oficial Gabriel Mandagaray, quien en 2021 murió ahogado cuando realizaba el curso de ingreso a un cuerpo especial de la fuerza provincial, informaron hoy fuentes judiciales.

Los cuatro acusados habían sido declarados culpables por un jurado popular el 12 de mayo y hoy recibieron el monto de las penas que deberán cumplir, condenados por los delitos de homicidio culposo y abuso de autoridad en perjuicio de Madagaray, mientras que uno de ellos, además, por lesiones leves que tuvo como víctima a otro de los ingresantes.

La condena fue dictada por un tribunal oral de la ciudad de Viedma tras cinco jornadas ante un jurado popular más otras tres jornadas de cesura, y recayó sobre Alejandro Gattoni, quien recibió 4 años y 10 meses de prisión; Alfredo Nahuelcheo, 4 años y seis meses de cárcel; y Maximiliano Vitali y Marcelo Contreras, 4 años y tres meses.

Según las fuentes, Contreras además fue declarado culpable los jueces Carlos Reussi, Marcelo Álvarez e Ignacio Gandolfi por las lesiones leves hacia otro oficial cursante.

Además de la pena de cumplimiento efectivo, todos ellos recibieron inhabilitaciones para desempeñar funciones policiales.

Los cuatro acusados estaban a cargo de los ingresantes al Cuerpo de Operaciones Especiales y Rescate (COER) de la Policía de Río Negro, entre los que se hallaba la víctima Mandagaray.

En sus fundamentos, los jueces consideraron que “los testigos han reconstruido (durante el debate) la forma en que se desarrolló el ejercicio en la playa y el ingreso al mar, ambos precedentes del luctuoso desenlace”.

“Reprodujeron lo ocurrido antes, durante y después. Han ubicado en el lugar a los instructores: Nahuelcheo, Contreras y Vitali Méndez. Incluso pudieron dar precisiones del lugar en que se encontraba Gattoni”, señalaron durante el juicio.

“Tras analizar la totalidad de la prueba, incluyendo las declaraciones de testigos y peritos, concluimos que los cuatro imputados han quebrantado el rol que les cabía en la situación, generando con ello un riesgo no permitido y ese riesgo se concretó en el resultado muerte”, remarcaron.

Para probar el abuso de autoridad, se tuvo en cuenta que alguno de los acusados “realizaban disparos a pocos centímetros de los cursantes durante los ejercicios, que los sometieron a meterse al mar desnudos durante la noche, que orinaban sobre los cursantes”.

De acuerdo con la acusación, todo comenzó el 12 de abril, a 40 kilómetros de Bahía Creek, donde los instructores y el coordinador hicieron ingresar a los cursantes en un estanque de agua para luego iniciar la caminata hasta la playa en la que acamparon hasta el día siguiente.

En ese marco, los cadetes padecieron "excesivo desgaste físico y psicológico que les generó heridas en los pies, las manos y complicaciones psicológicas".

También fueron obligados a soportar prácticas humillantes como "orinarlos, colocarse máscaras de excremento de animal sobre sus rostros y hacerlos ingresar al mar a altas horas de la madrugada sin ninguna medida de seguridad".

Para los acusadores, el 15 de abril de 2021, en el marco del entrenamiento, Mandagaray fue obligado a ingresar al mar junto a dos compañeros con el uniforme policial completo, incluido los borceguíes y todas las armas reglamentarias.

Previamente, Mandagaray había manifestado que "no sabía nadar", lo que no fue tenido en cuenta, dado que el oficial y sus dos compañeros fueron instados a ingresar al agua cargando entre los tres un tronco de unos dos metros de largo.

TÉLAM