En el día que cumplió siete años al frente del Gobierno argentino, la presidenta Cristina Fernández manifestó que ‘es una obligación moral, política, democrática e institucional decirle a todos ciudadanos cuál va a ser la política de Derechos Humanos del siguiente gobierno porque es una política de Estado‘, al encabezar esta tarde la inauguración de obras en el Hospital de Morón.

De esta manera, la jefa de Estado se refirió a las declaraciones del jefe de Gobierno porteño y precandidato presidencial del PRO, Mauricio Macri, quien en una entrevista con el diario La Nación dijo que iba a ‘acabar con el curro de los Derechos Humanos‘.

‘No hay que enojarse con los que quieren tratar peyorativamente la política de Derechos Humanos, sino tener pena y recordar que tal vez muchos de ellos tuvieron que ver como civiles con lo que fue un mandato, porque los que están presos son los militares, pero los que se beneficiaron económicamente están al frente de muchas empresas vivitos y coleando‘, dijo Cristina, ante la ovación de los militantes que colmaron el microestadio de Morón, ubicado en el predio de 11 hectáreas donde funcionó el centro clandestino de detención Mansión Seré. En ese contexto, la Presidenta hizo alusión al caso del militar represor Ernesto Barreiro. ‘Desencadenó el episodio de Semana Santa (en 1987) al acuartelarse en el Tercer Cuerpo del Ejército ante una citación de la Justicia, hoy a 27 años esa misma persona se ofreció a colaborar con la Justicia para ir a identificar los lugares donde están los detenidos desaparecidos, esto es un logro de la sociedad argentina y no es ningún curro, es crecimiento, justicia, es perseverancia de los organismos de DD.HH.‘, dijo Cristina.

‘Tenemos que pedirles a todos aquellos que quieren conducir la Argentina después del 10 de diciembre de 2015 que también se pronuncien en esta materia porque esto es uno de los pilares fundantes de nuestro proyecto y del prestigio de la Argentina en el mundo‘, enfatizó. En ese contexto, Fernández de Kirchner le mandó ‘un fuerte abrazo‘ a su par de Brasil, Dilma Rousseff, quien ayer recibió de manos de la Comisión de la Verdad, integrada entre otros por los expresidentes Lula Da Silva y Fernando Henrique Cardoso, el informe definitivo sobre los 434 desaparecidos que hubo durante la última dictadura brasileña.