La Cámara Federal de Casación Penal dejó firme ayer el procesamiento de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner por asociación ilícita y defraudación al Estado en la causa que investiga el direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz a favor del detenido empresario Lázaro Báez, con lo cual la senadora electa quedó en condiciones de ser enviada a juicio oral.
De esta forma, el expediente en el que se la investiga por delitos en la obra pública en esa provincia patagónica se convertiría en el segundo proceso oral y público que deberá afrontar la exmandataria y senadora nacional electa por Unidad Ciudadana por la provincia de Buenos Aires, dado que ya fue elevada a juicio oral la causa en la que está procesada por las operatorias de dólar futuro al final de su mandato, que estará a cargo del Tribunal Oral Federal 1.
En tanto, ayer, el máximo tribunal penal del país rechazó recursos de queja directos presentados por la defensa de la expresidenta y del también procesado Báez contra el fallo de la sala I de la Cámara Federal que confirmó los procesamientos resueltos en la causa por el presunto direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz por el juez federal Julián Ercolini.
El magistrado quedó entonces en condiciones de iniciar los trámites procesales necesarios para el envío del caso a juicio oral, según las resoluciones de la sala IV firmadas ayer.
Además se rechazaron recursos de Báez, procesado junto a Cristina y los también detenidos exministro de Planificación Federal Julio De Vido y el exsecretario de Obras Públicas José López.
La expresidenta está procesada sin prisión preventiva como coautora de "asociación ilícita en concurso real con el de administración fraudulenta agravada por haberse cometido en perjuicio de la administración pública", en esta causa que investigó cómo, durante el kirchnerismo, se direccionó la adjudicación de obra pública a las empresas del grupo Báez en Santa Cruz por un valor calculado en 46.000 millones de pesos.
Además, Casación dejó firme el embargo de 10 millones de pesos impuesto por el magistrado a la ex presidenta.
Los camaristas Gustavo Hornos y Mariano Borinsky advirtieron que el procesamiento confirmado por la Cámara Federal no es una sentencia definitiva ni causa un "gravamen" de imposible reparación, por lo cual no corresponde que sea revisado por Casación Penal.
En la resolución, los camaristas rechazaron el argumento de la "gravedad institucional" del caso que planteó la defensa de la exmandataria porque -señalaron- no se demostró que el tema "exceda el mero interés de las partes afectando a la comunidad, circunstancia que habilitaría" el análisis en Casación como tribunal intermedio.
Sobre el embargo, los camaristas lo confirmaron porque no se advierte "perjuicio patrimonial" que pueda perjudicar a la expresidenta. Télam