La autopsia no había mostrado signos de violación pero una pericia complementaria fue contundente: hallaron semen en el cuerpo de Anahí Benítez (16) y por ello las fiscales creen que la chica no sólo estuvo cautiva en la casa de Marcos Bazán del predio de Santa Catalina sino que allí también fue abusada; luego golpeada y sofocada hasta la muerte.
Y lo más llamativo de todo, consideran que el asesino no actuó solo y que al menos participó una persona más.
Esa información recibió Bazán (34), el único detenido por el crimen de Anahí, cuando esta tarde se sentó frente a las dos fiscales de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Femicidios de Lomas de Zamora.
“Se le hizo saber que en el marco de la privación ilegal de la libertad que sufrió Anahí, ya sea bajo amenazas o el efecto de drogas, la chica fue abusada por él o por un tercero en su domicilio del predio de Santa Catalina”, indicaron las fuentes a Clarín.
Y agregaron que, para las fiscales, “durante el cautiverio Anahí no pudo consentir libremente una relación sexual”. También sostuvieron la hipótesis de que la chica fue golpeada y luego sofocada por su asesino.
Las fiscales habían solicitado el viernes pasado que Bazán se presentara hoy a una nueva indagatoria. La decisión se tomó luego de que declarara el amigo y confidente de Anahí y comprometiera aún más en la investigación al detenido.
Es que en la casa de Bazán se encontró una tijera con señas muy particulares que el sospechoso dijo que se había traído de un colegio de Lanús donde había trabajado como mantenimiento antes de que lo echaran por un problema que tenía en la espalda. Según sus dichos, esa tijera estaba en la caja de objetos perdidos de la escuela que se llevó a su casa.
Sin embargo, el amigo de Anahí dijo antes las fiscales que la tijera secuestrada en la casa de Bazán, y que tiene escrito el nombre del testigo, era suya y que había olvidado ese útil escolar en la casa de Anahí en febrero pasado. Es más, aportó captura de pantalla de sus chats con la chica donde hablaban sobre el tema.
“Pese a la contundencia del relato del testigo, hoy Bazán volvió a repetir lo que había dicho la primera vez que le preguntaron por la tijera: que la sacó de la caja de objetos perdidos del colegio de Lanús donde solía trabajar”, indicaron las fuentes.
Además de la tijera, a Bazán lo compromete el rastro que marcó el perro de la división Canes de Escobar, que no sólo ubicó a Anahí en la casa del sospechoso sino al detenido en el lugar donde fue encontrado el cadáver de la chica aquel 4 de agosto, desnudo y semienterrado a unos 300 metros de la vivienda.
En tanto, restan todavía el resultado de la pericias, sobre todo de las de ADN que permitirán dilucidar si alguno de los involucrados en el caso fue el que abusó de Anahí.
Por lo pronto, el 4 de septiembre vence el plazo para que le fiscal de la UFI de Femicidios de Lomas de Zamora pida la prisión preventiva para Bazán. Hoy está acusado de “privación ilegal de la libertad, homicidio calificado por su comisión mediante alevosía criminis causa y mediante violencia de género”.