El represor Antonio Musa Azar, que cumple cuatro penas a prisión perpetua, tres de ellas por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura, recibió ayer el beneficio de la prisión domiciliaria otorgado por el Tribunal Oral Federal de Santiago del Estero, que le dictó la última condena a fines de diciembre último.
La resolución en favor de Musa Azar fue repudiada en duros términos por la Asociación por la Memoria , la Verdad y la Justicia, querellante en la excarcelación solicitada por el hijo del represor, el abogado defensor Moisés Azar, argumentó la edad (tiene 81 años) y su estado de salud.
El pedido fue aceptado por los jueces Domingo Batule, Abel Fleming y Carlos Lascano, integrantes del Tribunal que a fines de 2017 lo condenó a 22 años de cárcel por la denominada “Megacausa 3” por delitos de lesa humanidad, junto a otros 11 imputados.
Según la defensa, Antonio Musa Azar, considerado el jefe de la denominada “Gestapo santiagueña” que operó durante la dictadura, padece problemas de salud derivados de su diabetes y afecciones cardíacas.
El exjefe de Inteligencia de la Policía santiagueña permaneció los últimos meses internado en el Hospital Neumonológico provincial y, previamente, cumplía condena en el Instituto Penal Federal Colonia Pinto, al que había sido trasladado desde el Hospital Penitenciario Central I del Complejo Penitenciario de Ezeiza.
Las querellas de los organismos de derechos humanos se oponen a la prisión domiciliaria por entender que la salud del represor puede ser atendida en el Hospital de Ezeiza, donde existe una unidad de alta complejidad y en la que ya estuvo internado.