A dos décadas del brutal crimen de Cabezas, los Yabrán siguen viviendo como quien tiene mucho que esconder. Su viuda, María Cristina Pérez, heredó entre 400 y 2 mil millones de dólares junto con sus tres hijos Pablo, Mariano y Melina.

 

Con 71 años, el tiempo no parece haber pasado para Cristina. Incluso luce el mismo corte de pelo que en los ’90, cuando fue retratada en la playa por José Luis Cabezas. Sin embargo, a diferencia de entonces, ya no pasea por las costas argentinas sino que prefiere las playas de Punta del Este. Después de la muerte de su esposo, dejó la mansión de Pueyrredón 1501, en Acassuso, y se mudó a Yrigoyen 2090, al lado de la casa de su hermana. Pero pronto se trasladaría a Uruguay, con el mismo estilo que su difunto marido: hermetismo absoluto, guardaespaldas, vigilancia continua y esfuerzos por evitar estridencias que puedan delatarlo.

 

La viuda vive en la zona de Carrasco, una de las más exclusivas de Montevideo, en una casa de mil metros cuadrados que cuenta con 12 habitaciones. En la capital uruguaya, aseguran que se deja ver poco y que siempre que se mueve lo hace escoltada de un celoso operativo de seguridad. Los veranos, en cambio, los pasa en “Tus Amores”, la mansión de Punta del Este. Al igual que sus hijos, Cristina ya no tiene ningún cargo directivo en las empresas creadas por Yabrán; sin embargo, eso no significa que se haya desvinculado absolutamente de la actividad empresarial. En noviembre del 2015 creó “Ocean Drive Ph-07 Inc.” una compañía radicada en Miami que se suma a la larga lista de firmas vinculadas a la familia.