Buenos Aires, 30 de agosto.- El primer juicio por delitos de lesa humanidad de la dictadura comenzó hoy de manera accidentada en esta capital, ya que no bien empezó el proceso por el homicidio del soldado Roberto Villafañe, ocurrido el 30 de agosto de 1976, debió suspenderse por una descompensación de uno de los jueces.
La muerte de Villafañe, que cumplía el servicio militar, está relacionada con el previo secuestro, tortura y homicidio de los sacerdotes de Chamical Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, hechos conectados con el asesinato del laico Wenceslao Pedernera en Chilecito y la sospechosa muerte posterior del obispo Enrique Angelelli.
Hoy, el Tribunal Oral Federal de La Rioja, presidido por Sergio Grimaux e integrado además por José Quiroga Uriburu y Alejandro Piña (juez de Mendoza), empezó a juzgar al ex sargento José Rodríguez, único imputado por la muerte de Villafañe en la causa por ‘homicidio calificado por alevosía‘.
Pero Grimaux no se sintió bien y el proceso debió suspenderse hasta mañana. El inicio de las audiencias ya había sufrido postergaciones hasta que el juez mendocino aceptó integrar el TOF riojano, luego de que se inhibiera su par de Catamarca Luis Martín Rodríguez Sein, todos designados por Casación Penal.
Al iniciarse la dictadura, la víctima cumplía el servicio militar en la ex base aérea de Chamical, desde donde habría salido el comando que terminó con la vida de los sacerdotes, pero Villafañe fue fusilado por la espalda en esta capital, cuando regresaba a su casa.
La hermana del soldado, Luisa Villafañe, dijo al diario ‘El Independiente‘ que confía en que ‘se conozca la verdad‘. Luisa supone que ‘algo vio‘ su hermano en Chamical y ‘le dieron licencia‘, como si fuera ‘una excusa para poderlo matar‘.
Según la mujer, su hermano -que tenía 20 años- solía reunirse con sus amigos y un primo en un billar de la zona oeste de esta capital, donde residía. Días antes de caer fulminado por una bala, algunas personas advirtieron que había una camioneta ‘que iba y venía‘ y podría haber sido de la policía.
La noche del 30 de agosto de 1976 los primos volvían juntos hasta que se separaron para ir a sus casas. El primo, que será uno de los testigos, escuchó el disparo y corrió a buscar a Roberto, pero cuando llegó éste estaba muerto.
Rosa, otra hermana, dijo a FM América que lo mataron con un disparo directo. Relató que ‘un Falcon grande dio tres vueltas, le dieron la orden a Barrera (un vecino) que cierre el negocio. Mi hermano se bajó del ómnibus y le tiraron directamente, no fue un rebote‘, como aparentemente sostiene la defensa de Rodríguez.
Además, dijo que su hermano ‘nunca tuvo revistas, no sabía leer ni escribir‘, por lo cual mal pudo haber llevado a su casa un ejemplar del diario ‘Estrella Roja‘, del ERP, hallado ahí.
Se estima que el juicio concluirá en un mes y luego empezaría el proceso por las muertes de Murias y Longueville.
