Habitantes de Olavarría (Buenos Aires) permanecen conmovidos por el caso de dos hermanos, de 2 y 4 años, que hace poco más de dos meses fueron separados de la familia que los adoptó y continúan en un hogar de abrigo, lejos de sus padres del corazón.

El caso, que en las últimas horas comenzó a divulgarse en varios portales nacionales, tiene algunos puntos en común con lo que le pasa a Teo, un nene de siete meses cuyos padres del corazón son unos sanjuaninos que han atravesado un fuerte conflicto para estar con el menor.

Según la prensa local, Mía (4) y Diego (2 años) son hermanos entre sí que convivían con el matrimonio González por consenso con la familia biológica, sin más papel que un acta firmada por la progenitora y con un trámite de guarda iniciado por la tía de sangre.

Un contacto fortuito con el Servicio Local de Niñez de Olavarría movilizó una denuncia sobre la supuesta irregularidad ante la Justicia. El 8 de junio último los menores fueron separados de aquellos con quienes habían construido un vínculo, y alojados en el hogar de convivencia Peñihuen, según el diario El Popular.

Los dos chicos están desde hace más de dos meses separados de la familia que los adoptó. La propia madre biológica de los pequeños los había entregado a quienes ahora los reclaman porque no estaba en condiciones de criarlos. Hasta la misma madre biológica quiere que los chicos estén con sus padres del corazón, los esposos Jorge González y Claudia Bodanza.

El obstáculo para el reencuentro es que la Justicia considera irregular el trámite que se utilizó para el cambio de guarda de los chicos y no revierte su postura, pese a las movilizaciones que se vienen realizando. En los últimos días Olavarría ha estado lleno de banderas y de gente con corazones de cartulina, solidarizándose con Jorge y Claudia.

Hacía casi tres años que Claudia y Jorge convivían con Mía y Diego, ambos hijos de Luciana, una compañera de trabajo del hombre quien se los entregó porque no podía mantenerlos. Al anotarlos en un jardín maternal con su apellido biológico, se advirtió que la guarda estaba a nombre de la tía de los niños, por lo que se inició una investigación que culminó, el 8 de junio pasado, con el traslado de ambos a un hogar de menores.

El miércoles pasado, más de un centenar de personas se concentró frente al Juzgado de Familia número 1. En San Juan también hubo pancartas y muestras de interés por el caso de Teo, el bebé salteño que quiso adoptar un matrimonio sanjuanino pero cuyo trámite se complicó porque los acusaron de intentar apropiárselo en forma indebida.