El gobernador del Chubut, Mario Das Neves, promulgó la ley ‘I N°588‘ por la cual se habilita el uso terapéutico del aceite de cannabis en los hospitales de este distrito, incorporando ese producto al vademécum de la salud pública para el tratamiento del ‘síndrome de Dravet‘, más conocido como epilepsia y se convierte en la provincia pionera en la materia.

De acuerdo con la nueva legislación, el ‘aceite de marihuana‘ será provisto en los hospitales públicos y se incorpora al vademécum de la obra social ‘Seros‘ que brinda cobertura a los empleados de la administración pública del Chubut.

‘Incorpórase al vademécum de salud pública de la provincia como tratamiento alternativo el Charlotte Web o aceite de cannabis, para el tratamiento del síndrome de Dravet y otras patologías que crea conveniente el Ministerio de Salud de la provincia‘ dice la flamante norma en el artículo primero. El siguiente artículo de la ley sancionada por unanimidad por la legislatura en agosto pasado, incorpora el medicamento alternativo a la obras social Seros.

El autor del proyecto en la legislatura unicameral del Chubut, Gustavo Fita (FPV) se mostró en diálogo con Télam ‘muy satisfecho con todos porque de ahora en más las familias chubutenses que necesitan el aceite de cannabis para el tratamiento de una enfermedad ya no van a tener que viajar a la aduana de Buenos Aires para buscarlo y podrán estar más tranquilas‘. A su vez, los concejales se movilizaron por la historia de Micaela que desde muy temprana edad sufre repetidas, fuertes y prolongadas crisis convulsivas, causándole deterioro cognitivo, perdidas de pautas madurativas, intenso dolor, problemas motores y sufrimiento.

‘La madre de Micaela recorrió de manera permanente centros hospitalarios, clínicas, además de constantes consultas y tratamientos con reconocidos profesionales en la enfermedad que la aqueja, realizando hasta 8 viajes anuales a la ciudad de Buenos Aires con estadías prolongadas‘, detalló Fita quien se reunió con la afligida madre en reiteradas oportunidades.

Fita relató que las secuelas de más de 12 años de convulsiones afectaron además la calidad de vida y funcionamiento familiar, sin saber la suerte de Micaela ya que ‘su estado fue empeorando con hasta 10 convulsiones por día, de las cuales muchas alcanzaron hasta 35 minutos ininterrumpidos‘. El legislador provincial describió que ‘todo esto fue configurando una situación desesperante sobre todo porque el síndrome de Dravet tiene una tasa de muerte súbita del 18 % y llego al punto de ser asistida con oxígeno durante las 24 horas y la utilización de sonda para alimentarla‘.