Buenos Aires, 2 de octubre.- – Una multitud, estimada en más de un millón de personas, caminaba este sábado hacia la basílica de Nuestra Señora de Luján, distante a 58 kilómetros de la Capital Federal, en el marco de la 36ª peregrinación a pie que lleva por lema ‘Madre, queremos ser una Patria para todos‘.

Fuentes policiales consultadas por DyN estimaron esta noche que ‘unas 500 mil personas‘ pasaron hasta las 20 por el escudo de ingreso a la ciudad bonaerense. Pero el grueso de los fieles llegará a Luján mañana alrededor de las 6, para participar una hora después de la misa que presidirá el cardenal Jorge Bergoglio, por lo que los organizadores estimaban que se superará la cifra de 1.300.000 peregrinos del año pasado.

La columna principal, con la ‘imagen cabecera‘ de la Virgen, salió este mediodía -en medio de vítores y aplausos- de la intersección de las avenidas Rivadavia y General Paz, previa bendición en el santuario de San Cayetano, en Liniers, del obispo auxiliar de Buenos Aires, Eduardo García.

El prelado porteño destacó la necesidad de unidad que tiene el pueblo argentino y exhortó a ‘comprometerse y trabajar, cada uno desde su lugar, por una patria más inclusiva y con menos excluidos, que sea casa para todos‘. Antes de la salida de Liniers, dos niñas también colocaron un rosario blanco y otro celeste en la imagen de la Virgen.

El presbítero Juan Xatruch, responsable de la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular, a cargo de la organización de la peregrinación, definió esta expresión masiva como ‘una fiesta de la fe, más allá de la situación económica‘.

‘Uno no puede perder de vista esta expresión popular para pedir y agradecer‘, subrayó en diálogo con DyN. Un grupo de hombres de Caballito, en su mayoría hinchas de Ferro, dijo a esta agencia que peregrina desde hace 34 años.

‘Tardaremos 14 horas o 13 con viento a favor‘, bromeó uno de los más veteranos, mientras otro más joven reveló que peregrinaban para ‘agradecer un campeonato infantil que obtuvimos‘. ‘Nos moviliza la fe y la esperanza‘, dijo otro joven con vestimenta scout mientras se vendaba los pies para no sacar ampollas durante la caminata.

Un grupo de 105 personas, en su mayoría mujeres, provenientes de la localidad bonaerense de Dolores explicó a DyN que participa desde hace 20 años porque ‘siempre hay mucho para agradecer y también para pedir‘. En tanto, Marina, de 34 años y del barrio porteño de Montserrat, alentó a animarse a caminar porque ‘la fe mueve montañas y es verdad‘ y aseguró que ella lo hace porque ‘la Virgen me da fuerzas para seguir luchando cada día‘.

Un día soleado, pero con pronóstico de bajas temperaturas nocturnas, ayudó a que cientos de miles de personas emprendieran la marcha de casi 60 kilómetros para agradecer y pedir, o simplemente cumplir una promesa o por deporte.

Muchos de los promesantes no esperaron el corte policial de la avenida Rivadavia, que recién se hizo al mediodía, y echaron a andar anticipadamente con el propósito de tributar un temprano homenaje a esta Virgen que, según dicen los devotos, convoca ‘más que cualquier político o recital‘.

La marcha matutina espontánea produjo inconvenientes en el tránsito, por eso los vehículos debieron optar por el puente sobre la avenida Díaz Vélez, en Ciudadela, o el túnel de Juan B. Justo, a la altura de Haedo, para cruzar las vías del ferrocarril Sarmiento.

La columna principal con la ‘imagen cabecera‘ de la Virgen prevé llegar a Luján mañana cerca de la 6.30, para media hora después participar de la misa que presidirá el cardenal Jorge Bergoglio, primado argentino, y concelebrarán los obispos de la región Buenos Aires.

Los peregrinos cuentan con una fuerte apoyatura sanitaria y espiritual a lo largo del trayecto, particularmente desde Merlo, con puesto cada 500 metros atendidos por unos 5.000 voluntarios, médicos y auxiliares.

En tanto, la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular recolectó alimentos no perecederos que los caminantes dejaron en San Cayetano y en los puestos que Cáritas dispuso a lo largo del camino.

La Virgen de Luján, explicaron desde la curia porteña, marca ‘la identidad cultural de nuestro pueblo‘, cuyo milagro se remonta a 1630, en la ‘prehistoria‘ de la patria.