Enojada, frustrada y cansada, tal como ella misma graficó, la diputada nacional Elisa Carrió salió sin vueltas durante el fin de semana, y con más fuerza que nunca, a marcarle la cancha al Gobierno por las diferencias frente a distintas causas judiciales vinculadas a la corrupción. Pero esta vez apuntó directamente contra
Mauricio Macri a quien le dio un ultimátum y puso en jaque la alianza gobernante: "Siempre dije: "el presidente está entre la línea de Angelici (Daniel) y la línea Carrió y va a tener que elegir". Tiene tiempo para elegir, pero sabe que o elige o cae", afirmó con una frase muy inquietante, sin especificar qué quiso decir con "cae". Y agregó: "Perdí la confianza en el Presidente" a quien pidió que revea esta situación. "Mi decisión, tomada. Si esto no cambia, a fin de año mi relación con Cambiemos se torna irreversible", disparó.
¿Será el principio del fin de la alianza con Cambiemos que la propia Carrió fue impulsora y luego cofundadora?
Nadie sabe. Pero desde el gobierno parecen haber llegado a un punto límite.
El ultimátum de la líder de la Coalición Cívica cayó mal en el Gobierno, creen que la diputada cruzó un límite al meterse directamente con el Presidente y vaticinan que incluso está preparando un escenario para romper con Cambiemos.
Carrió tuvo una pésima semana y no lo ocultó. Primero en la Cámara de Diputados sus pares macristas no la defendieron cuando el peronismo en todos sus vertientes unidos a los K le impidió asumir la presidencia de la comisión bicameral que controla a los fiscales. Fue un fracaso indisimulable. En la intimidad, la diputada sabe que el oficialismo no la quería al frente de una bicameral clave para controlar a la Justicia.
Luego el ministro de Justicia, Germán Garavano, dijo que no era bueno que los expresidentes vayan presos, cuando en una entrevista le preguntaron sobre la posibilidad de quitarle los fueros a Cristina Kirchner.
Esto enfureció a Carrió, que denunció un pacto de impunidad para mantener a Cristina libre hasta las elecciones, en un paso más de la polarización y la utilización de la grieta, que abonan Marcos Peña y Jaime Durán Barba. Y este viernes por la noche llegó la gota que colmó el vaso: Macri autorizó al titular de la AFIP, Leonardo Cuccioli, a echar a los directivos de ese órgano estatal cercanos a Carrió que estaban investigando las coimas que pagó su primo Ángelo Calcaterra, en un caso que podría salpicar también a su hermano Gianfranco y su amigo Nicolás "Nicky" Caputo.
Este combo abrió una grieta de difícil pronóstico entre los socios mirando hacia el futuro, pero anoche la propia Carrió intentó llevar un poco de calma frente al desmadre. A través de las redes sociales envió un mensaje en el que negó que vaya a romper el espacio de Gobierno que incluye a los radicales y al PRO. "No se preocupen, no voy a romper Cambiemos. Pero hay cosas en materia de justicia que tienen que cambiar. La impunidad no es negociable", escribió en su cuenta de Twitter.
Además, agregó: "No rompo Cambiemos. La verdad no es buena ni mala, pero no tiene remedio".
La gota que derramó el vaso de Lilita
Primero su fracaso al no poder asumir una comisión bicameral. Después las declaraciones del ministro de Justicia, Germán Garavano, rechazando la prisión preventiva para Cristina. Y, de postre, los despidos polémicos en la AFIP. Este último caso fue la gota que derramó el vaso de Carrió. La líder de la Coalición Cívica se disgustó por la salida de tres funcionarios, Horacio Castagnola, Jaime Mecikovsky y Carlos Bo, de la AFIP, que para ella tuvieron una fuerte participación en la investigación de las causas por corrupción K y cree que el fin de eso es proteger a la familia del Presidente. "Sacar a tres héroes de la AFIP por mi apoyo equivale a aliarse con (Ricardo) Echegaray y su gente", escribió en Twitter.
Carrió acusó al titular de la AFIP, Leandro Cuccioli, de entorpecer con esas modificaciones la investigación de la causa de los cuadernos de las coimas. Presuntamente para proteger a Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri y extitular de Iecsa, una de las firmas que admitió haber pagado coimas a cambio de obras durante el kirchnerismo. Cuccioli justificó los despidos en el marco de la "modernización" del Estado.
Calificó de "papelón" la interna oficialista
Massa reiteró su pedido para el fin de los fueros
El titular del Frente Renovador, Sergio Massa, volvió a pedir el fin de los fueros y rechazó el fallo que la última semana absolvió al expresidente Carlos Menem, al considerar que "justicia lenta no es justicia". Además opinó que el enfrentamiento de la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, con el ministro de Justicia, Germán Garavano, se está transformando en "un gran papelón".
Consultado sobre los fueros que hasta ahora impidieron que Cristina Kirchner sea detenida, Massa dijo que "esa es una discusión en abstracto", ya que su fuerza el año pasado planteó "la eliminación de los fueros".
Para Massa "los fueros son para proteger los dichos del legislador, no para protegerlo de la acción de la Justicia por otras investigaciones".
Sobre el fallo que absolvió al expresidente Carlos Menem por el tráfico de armas, aseveró que "justicia lenta no es justicia".
En una entrevista que publicó el diario El Tribuno de Jujuy, Massa dijo que "estamos hablando de una causa que tiene 23 años" y se quejó de la posibilidad de jueces "perpetuos". "Así como un gobernante cada dos o cuatro años va a elecciones, los jueces cada cinco años tienen que rendir examen", propuso.
En relación al pedido de juicio político que Carrió anunció que iniciará contra Garavano, lo consideró parte de la interna oficialista. "Yo creo que hay una interna enorme en el Gobierno por ver quién maneja la justicia. Se están peleando los amigos de Macri con los amigos de Carrió y están transformando a todo en un gran papelón", indicó.
Finalmente consideró que el espacio peronista no kirchnerista que integra "tiene chances de llegar a la Presidencia en 2019".