El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, denunció ayer una “presión sistemática” de las automotrices que ponen “en vilo la estabilidad de los trabajadores” .

El funcionario advirtió que “no es homogénea la situación en todas las plantas” radicadas en el país, ya que “las que no han aumentado los precios han tenido un incremento en la demanda”. Por el contrario, afirmó, “otras que sí los han incrementado, presionan el Gobierno para tener medidas de carácter excepcional, pero cuando tuvieron un incremento de niveles de producción y acumulación de excedente, no lo distribuyeron de un modo equitativo”, afirmó Capitanich.

El ministro reclamó tener “una clara posición en esta materia” ya que estas automotrices “no pueden todo el tiempo promover una presión sistemática, poner en vilo la estabilidad de los trabajadores, a costa de pretender establecer un mecanismo de presión al Gobierno”. La firma Volkswagen y la empresa MWM suspendieron a un millar de trabajadores en Córdoba, bajo el argumento de un “sobrestock” originado por la crisis que atraviesa la industria automotriz, y de esa forma se sumaron a las suspensiones anteriores de la fábrica de camiones Iveco, perteneciente a Fiat. ‘La industria automotriz es muy importante en la Argentina, pero tiene que hacerlo de forma integrada con la industria de autopartes, una plataforma bilateral con Brasil y también las 11 plantas automotrices que tiene origen multinacional deben cooperar para que exista no solo progreso económico y rentabilidad en sus empresas sino también progreso para trabajadores y equidad en la distribución de los ingresos‘, concluyó.