La "nueva normalidad" provocada por la pandemia generó modificaciones en el consumo de carne en el país, fundamentalmente en el esquema de compradores "racionales" e "impulsivos" y los lugares de compra, según un estudio del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva).
De acuerdo al nuevo trabajo del Departamento Promoción Interna del Ipcva, el Covid-19 acentuó los problemas económicos y motivó que casi siete de cada 10 compradores de carne hayan visto reducir su nivel de ingresos durante la cuarentena.
De las personas que atraviesan esta situación, 84% se definen como compradores "racionales" y 16% se identifican como compradores más "impulsivos", cuando en un relevamiento encargado por el Ipcva en 2008, 79% de los compradores eran reflexivos y 21% impulsivos.
Según la entidad, este comportamiento se acentúa en función del nivel de gasto en productos cárnicos, ya que dentro de compradores racionales, 42% gastan más de $1.000 por semana y 58% gasta menos. Entre los compradores "racionales", 66% lo hace en carnicerías y 34% en súper e hipermercados; y, entre estos últimos, 74% vio caer sus ingresos; contra 66% entre los que compran en carnicerías.
Asimismo, mientras que en 2008 los compradores más "impulsivos", aquellos que no planificaban sus compras de carne, representaban 36% de los compradores, hoy en día abarcan sólo 17% del total.
La faena de carne vacuna registró un alza de 4,4% en el primer semestre del año y las exportaciones crecieron 24,1% en mayo, traccionadas por la demanda china, mientras que el consumo interno cayó 3,4% en el período enero-junio, según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra).