El Gobierno, a través del secretario de Energía Eduardo Rodríguez Chirillo, anticipó ayer que implementará una modificación en los criterios de segmentación de la tarifa del servicio de gas natural, con la aplicación de una Canasta Básica Energética. Además, se efectuará un ‘traslado gradual’ a lo largo de un plazo de tres meses -que comenzará el 1 de febrero- del precio mayorista a la factura final con un impacto en las facturas de un aumento de 33 por ciento hasta abril de 2024.

Así, el ajuste tarifario para el gas se basará en tres ejes: el traslado a los usuarios residenciales del precio dolarizado pleno del gas, la implementación de un nuevo y acotado esquema de segmentación de subsidios a los consumos hogareños y la actualización mensual de los cuadros tarifarios de las distribuidoras y transportadoras.

Para otorgar subsidios, el Gobierno tendrá en cuenta los ingresos familiares en cada hogar y creará una ‘Canasta Básica Energética’, mediante la cual estipulará una cantidad de metros cúbicos (m3) de gas natural mínima para ser subvencionada, mientras que el resto se pagaría a precio de mercado. La ayuda del Estado, así, quedará reservada exclusivamente para los usuarios más vulnerables.

‘La segmentación actual se mantiene hasta el 1° de abril de 2024, el nuevo esquema de subsidios entrará en aplicación a partir de dicha fecha, previa audiencia pública que se realizará al efecto’, indicó Rodríguez Chirillo, al exponer ayer en la Audiencia Pública 104 convocada de manera virtual por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas).

El este nuevo esquema, el cambio principal será la adopción de una Canasta Básica Energética, en lugar del criterio actual de utilizar el equivalente a 3,5 veces la Canasta Básica Total (CBT) elaborada por el Indec.

La tarifa final de una factura de gas se compone de tres factores: el precio del PIST, el costo del transporte y el margen de distribución, a lo que deben añadirse el componente tributario, con impuestos y tasas nacionales, provinciales y municipales. Esa composición no es uniforme en todo el país y dificulta la determinación de la incidencia en la tarifa: como ejemplo puede citarse el caso de Transportadora de Gas del Norte (TGN), que solicitó una recomposición del 523,5%, con un impacto promedio en las facturas del 23% en el caso de un usuario de Tucumán o del 49% en la Ciudad de Buenos Aires.

Al impacto que tendrá en la tarifa el factor transporte, deberán sumarse otras dos variables: generación y distribución. Con todo, la consultora Economía & Energía calculó que tras la suba de tarifas, una familia podría pasar a pagar unos $ 24.500 por mes, con alzas de entre 260% y 402% en los próximos meses.

En resumen el nuevo esquema entonces, se estructurará sobre cinco ejes:

1. La determinación de los ingresos totales del grupo conviviente en una unidad familiar.

2. La definición de una ‘canasta básica energética de luz y gas’ que cubra las necesidades básicas indispensables que se determinará en una cantidad tope de kWh y metros cúbicos por mes.

3. Dicha ‘canasta básica energética’ se adecuará a los tipos de consumo de las distintas zonas del país.

4. Para el otorgamiento de subsidios se descontarán de las cantidades los ingresos del grupo social correspondiente y se limitará la incidencia de ese costo a un porcentaje del ingreso, subsidiando la diferencia.

5. El subsidio será diferencial cuando el costo básico de la energía supere un porcentaje determinado de los ingresos totales del grupo conviviente.