La presidenta, Cristina Fernández, partió anoche rumbo a Ginebra, donde asistirá a una cumbre de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Fernández arribará a Suiza hoy domingo junto a una comitiva integrada, entre otros, por el ministro de Trabajo argentino, Carlos Tomada, y a la que se sumará el canciller, Jorge Taiana, que viajará desde España.
La gobernante argentina será una de las oradoras en la asamblea de la OIT, donde también disertarán el brasileño Lula da Silva y el francés Nicolas Sarkozy.
El director general de la OIT, Juan Somavia, calificó el viernes a la cumbre que se iniciará el lunes en Ginebra como "un acto político para subrayar que es necesario liderazgo político para salir de la crisis del empleo".
Fernández había propuesto en abril pasado, durante su participación en la cumbre del G-20, celebrada en Londres, que la OIT fuera incorporada a los debates por la crisis económica global, iniciativa que fue respaldada por otros líderes mundiales.
Tomada dijo ayer que a partir de la crisis financiera internacional el Gobierno argentino "volvió a colocar el empleo en el centro de las políticas" lo que permitió que haya "una preservación de las fuentes de trabajo" sin "los despidos colectivos que se ven todos los días en los diarios" de otros países.
Según las estadísticas oficiales, el desempleo en Argentina fue del 8,4% en el primer trimestre de este año.
En base a cifras de la seguridad social, en los tres primeros meses del año el país perdió 367.000 puestos de trabajo formales.
Según las previsiones de la OIT, entre 39 y 59 millones de personas más perderán sus empleos este año en todo el mundo, hasta alcanzarse la cifra de 239 millones.
Solo con los 45 millones de nuevas incorporaciones de jóvenes al mercado laboral cada año, se necesitaría crear 300 millones de empleos hasta el 2015 para absorber este incremento.
