“Bom dia” pronunció Mauricio Macri, al iniciar su discurso frente a sus colegas del Mercosur. Y luego aclaró: “Hasta aquí llega mi portugués”. De inmediato, felicitó a Jair Bolsonaro por la “gran organización” de esta cumbre 56 del bloque regional. Y luego avisó: “Tengo una buena noticia para decirles, el 70% de los argentinos cree que el Mercosur es la vía para el desarrollo y las mejoras económicas”.

Un rato antes, el jefe de Estado había escuchado un mensaje del líder anfitrión que tenía como destinatario a otro argentino, el presidente electo Alberto Fernández. En la apertura de la 56 Cumbre del Mercosur, aseguró: “No podemos perder más tiempo, necesitamos un Mercosur más eficiente, sin aceptar retrocesos ideológicos”.

Y remató Bolsonaro para que no queden dudas acerca de la futura reconstrucción que propone para el Mercosur: “Hay una apertura de Brasil al mundo. Tenemos que asegurar que los acuerdos de comercio del Mercosur con la Unión Europea y el EFTA (el área de libre comercio que integran Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein) sean implementados con rapidez”,

Durante su discurso, Macri se diferenció de la mirada proteccionista que tiene el kirchnerismo de la economía. Indicó que en estos años de gestión su gobierno le dio un papel fundamental al mercado común: “Tratamos de modernizar el bloque, consolidando una relación de confianza, franca y transparente, entre los socios. Esto es lo que fortalece la cooperación”.

Añadió, en la misma línea, que fueron impulsados “logros concretos en beneficio de la gente, de la producción regional”. Y mencionó, especialmente, “los acuerdos históricos con la Unión Europea y con el EFTA (países europeos que no están en la UE)”, en la misma línea política que presentó Bolsonaro en su discurso de apertura de la Cumbre del Mercosur. .

Para el Presidente saliente, hay “una agenda impostergable: tenemos que prepararnos para obtener los beneficios de estos acuerdos que firmamos. Y, para adelante, seguir con ese proceso con otros países u regiones, que nos permitirá garantizar nuestra participación en la economía mundial, construyendo cadenas regionales de valor, convergiendo con la Alianza del Pacífico. Esa cooperación es indispensable para lograr el desarrollo de nuestras economías”.

En el plano político, el jefe de Estado destacó su “compromiso irrenunciable con la democracia, los derechos humanos y la libertad”. Y advirtió: “En estos tiempos de convulsiones que se presentan en la región, no debemos dar por sentado aquello que nos costó conseguir. Democracia significa, siempre, más diálogo”.

Este fue un mensaje para el gobierno de Bolsonaro, quién había dicho anteriormente: “Insisto en que debemos reducir el arancel externo común y favorecer la apertura económica, que para nosotros es clave”. Pero también fue una alusión a las políticas de su sucesor.

Sobre Bolivia indicó que “las elecciones son la única salida. Valoro lo de la presidenta Áñez y espero que oficialice el objetivo: restablecer la paz democrática respetando las opciones de los bolivianos”. En relación con los acontecimientos sociales en Chile, advirtió que Argentina “repudia la violencia”, pero también. interpretó que es preciso “respaldar la plenitud del ejercicio democrático”, promoviendo el diálogo entre los representantes de sectores sociales y el gobierno. En cuanto a Venezuela se limitó a indicar la posición tradicional: “Los problemas han avanzado y tienen fuertes impactos en la región, especialmente entre los países limítrofes”.

Este es uno de los temas más sensibles en discusión dentro de la región. Hay un plan, motorizado especialmente por Brasil para abrir y “modernizar” el Mercosur que supone una reducción de los impuestos aduaneros cobrados sobre mercancías y servicios procedentes de terceros países.

Según afirman en Brasilia, a ellos les interesaría reducirlos a la mitad. “Nuestro plan era iniciar la reducción del arancel ya en 2020”, admitió Araújo. Pero esas aspiraciones se complicaron por la discontinuidad de los gobiernos, luego de las elecciones en Uruguay y en Argentina.

Tanto Faurie, como el ministro de la Producción Dante Sica, juran que jamás estuvo en los planes del oficialismo imponer al equipo de Alberto Fernández un hecho consumado. “Lo que se trató, en este tiempo, fueron cuestiones técnicas. Y coincidimos que cualquiera fuera la modificación que se introduzca en el AEC, exigirá el consenso de los empresarios” dijeron los argentinos.