El odontólogo Ricardo Barreda, condenado a prisión perpetua por el crimen de su mujer, su suegra y sus dos hijas en 1992, volvió ayer a prisión al perder el beneficio de la libertad condicional ya que un juez entendió que la convivencia con su pareja, Berta André, se tornó ‘peligrosa‘ para ambos. La decisión fue tomada por el juez Raúl Dalto, quien aseguró que ‘la situación de peligro es inminente, producto de la combinación de la presunta debilidad mental de la señora Berta ’Pochi’ André y el riesgo de provocar una reacción de Barreda‘. ‘Entiendo que Barreda no puede seguir viviendo en esa casa de Belgrano y como no ha aportado ningún otro domicilio debe regresar a prisión‘, aseveró el camarista, que oficia en la causa de Barreda como juez de ejecución penal. La orden del juez sacudió a la defensa de Barreda, que se enteró por los medios del fallo judicial y sin poder avisarle a su cliente, que estaba cortándose el pelo en una peluquería cercana a su departamento. A las 17.30 el odontólogo salió por la puerta de su domicilio rumbo a la cárcel de Gorina, en cercanías de La Plata.
