Ricardo Barreda, el odontólogo que en 1992 mató a su familia en La Plata y fue condenado a prisión perpetua, quedó ayer en libertad condicional y afirmó que, "cuando la justicia llega tarde, no es justicia". En su primera salida a cenar con su esposa, Barreda dijo anoche que tratará de habituarse nuevamente "a las condiciones de la vida en sociedad", y mencionó su intención de concurrir el domingo al estadio de Boca para ver a su equipo, Estudiantes de La Plata.

Si bien el odontólogo volvió a caminar por las calles, deberá continuar bajo control psiquiátrico y psicológico. La Sala I de la Cámara Penal de La Plata le otorgó ayer al mediodía la libertad condicional al cuádruple homicida por considerar que el cómputo de tiempo transcurrido en prisión "excedía" el de la condena impuesta.

Barreda tendrá que seguir en tratamiento psicológico y psiquiátrico, como lo viene haciendo en una clínica de la Capital Federal donde fijó domicilio, según la decisión de los jueces. "Ahora voy a poder salir a la calle para caminar ya que el arresto domiciliario me limitaba mucho", dijo Barreda tras conocer la noticia en los tribunales platenses junto a su abogado defensor Eduardo Gutiérrez.