Un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Río Negro desarrolló un controlador de plagas biológico autóctono, para usarlo a cielo abierto, en el control sanitario de campos frutales, informaron fuentes oficiales.
Los investigadores del Centro de Multiplicación de Biocontroladores (Cemubio) del INTA desarrollaron un sistema de avispas del tamaño de una hormiga que no pica a los seres humanos y se alimenta y parasita en larvas de distintas especies de polillas, como las de la carpocapsa y las de la grafolita, "que se hace presente en los nogales", dijo la ingeniera integrante del equipo de investigadores, Silvina Garrido.
El control biológico de plagas estaba pensado sólo para ambientes protegidos como los invernáculos. "Con esto demostramos que se puede trabajar en la fruticultura a cielo abierto con especies nativas", aseguró la investigadora. Según explicó, para el control de plagas siempre se utilizaban especies exóticas de otros países. Eso a veces anduvo muy bien y otras trajo aparejado problemas desde el punto del equilibrio ecológico de los agro ecosistemas locales".
Pero, según señaló, "con un controlador nativo ese desequilibrio no existe". "Hoy tenemos 100 hectáreas con este plan, que se viene desarrollando desde hace tres años en el Cemubio del INTA", agregó la investigadora. En los ensayos, se multiplicaron y liberaron 2.000 avispas por hectárea cada 15 días, desde noviembre hasta marzo.
"Con ese método logramos cosechas con 0% de carpocapsa y se disminuyó en un 80% el uso de insecticidas", aclaró Garrido. El proyecto se encuentra en la etapa de transferencia a un modelo de asociación público privado para que en el mediano plazo sea accesible al productor, a través de una empresa local que realice la multiplicación de la especie con la tecnología que desarrolla el INTA.
Télam