Israel y Argentina están en tratativas para producir la vacuna contra el coronavirus desarrollada en el país. La vacuna, llamada Brilife, se basa en vectores, no causa enfermedad alguna por sí sola y desarrolla defensas inmunológicas, según informó el sitio Aurora Israelí.
El Hospital Universitario Hadassah, líder en ensayos clínicos de Fase 2 y en el resto del desarrollo, también puso su grano de arena para que este trato se lleve a cabo muy pronto la Argentina.
La idea es convocar voluntarios argentinos para que formen parte de las pruebas de Fase 3 del fármaco para comprobar su eficacia, y empezar a producirla en Sudamérica, mediante un acuerdo público y privado. Las negociaciones del embajador argentino Sergio Urribarri en Israel habían comenzado en el verano pasado.
Se precisarán entre 30 y 40 mil personas para la última parte del proceso de inoculación.
Debido al gran caudal de habitantes inmunizados ante el coronavirus en Israel, es difícil encontrar más interesados en contribuir con este estudio epidemiológico, por lo que Argentina juega un papel clave en el avance y progreso del mismo para tener éxito.
Con casi el 60% de su población inoculada al menos una vez (esto equivale a 9 millones de personas), Israel dio el domingo un paso importante con la reapertura de cafés, bares y restaurantes, el regreso a las aulas en las universidades, entre otras medidas de relajación de restricciones.
Urribarri destacó el trabajo en conjunto entre ambas naciones en medio de la pandemia y la posibilidad de que Argentina produzca a nivel local la vacuna israelí. “El vínculo entre Argentina y el Hadassah fue una de las primeras tareas a las que me dediqué cuando llegué a Israel. Por iniciativa de nuestra embajada, se realizaron varias acciones en conjunto, entre ellas el intercambio entre profesionales del Hadassah y de nuestro Hospital Garrahan, que está en pleno desarrollo. Desde entonces, se forjó un vínculo con este nosocomio que está entre los más importantes de Israel y del mundo que ahora convoca a nuestro país para ser un actor central en el desarrollo de esta vacuna”, precisó el embajador.
En marzo pasado, Urribarri se había reunido con Zeev Rothstein, director general del Hospital Hadassah, y con Eran Zahavi, director del Instituto Israelí para la investigación Biológica, organismo que funciona bajo la órbita del Ministerio de Defensa israelí y que lleva adelante el desarrollo y los ensayos clínicos de la vacuna en varios hospitales.
Israel estima que pronto concluirá con éxito la fase 2 de su vacuna. Además de la producción local, el ofrecimiento hecho a la Argentina es que realice la fase 3 de la evaluación.
“El ofrecimiento que nos hacen, que ya le transmití a nuestro presidente, Alberto Fernández, y a nuestro canciller, es por un lado la posibilidad de realizar la fase 3 en Argentina, para lo que se requerirían entre 24 mil y 30 mil voluntarios. Por otro lado, tienen interés en montar una línea de producción en Argentina, que sería la primera del mundo, para lo cual sería necesario encontrar una farmacéutica argentina que actúe como socia local”, detalló Urribarri.
El Hospital Hadassah será la institución encargada de organizar y coordinar las tareas por delante, en conjunto con el Instituto Israelí para la Investigación Biológica. El próximo paso será que ambas partes trabajen sobre el análisis de las reglamentaciones argentinas para seguir analizando la posibilidad de aprobar esta operación, informaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores.