En un claro mensaje hacia adentro de la Iglesia, y a tono con el malestar generalizado de la sociedad por los abusos de menores que se ventilaron en los últimos tiempos, la Conferencia Episcopal Argentina inició hoy unas jornadas de reflexión donde el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, emitió una fuerte homilía a sus pares y denunció que "los abusos sexuales son también abusos de conciencia y siempre parten de un abuso de poder".
No sólo ello. El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina remarcó también ante 111 obispos presentes de todo el país que "los abusos de poder en un sentido más amplio, unidos a los abusos sexuales antes mencionados, han contribuido a crear una actitud de rabia y enojo en muchos fieles".
En rigor, fuentes calificadas de la Iglesia sostuvieron ante Infobae que el mensaje de Ojea fue acordado previamente con el papa Francisco. De hecho, Ojea acaba de reunirse recientemente en Panamá con el Sumo Pontífice en el encuentro de los presidentes de episcopados de todo el mundo. Y en mayo próximo todos los prelados que forman parte de la Conferencia Episcopal Argentina viajarán al Vaticano para una visita ad Limina con Francisco y se aprestan a conmemorar la beatificación del fallecido obispo de La Rioja monseñor Angelelli junto con otros mártires riojanos asesinados durante la última dictadura militar.
En la misa de apertura de la Conferencia Episcopal que Ojea concelebró junto con monseñor Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza y monseñor Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina, el presidente de la Conferencia Episcopal destacó que "la Iglesia toda esta empeñada en recorrer un camino de purificación. El encuentro sobre la protección de los menores en la Iglesia nos puso delante del pecado y del drama de los abusos. Abusos sexuales que son también abusos de conciencia y que siempre parten de un abuso de poder", dijo.
A la vez, Ojea reiteró unas palabras que le planteó el Papa recientemente en el Varticano cuando dijo: "No se puede comprender el fenómeno de los abusos sexuales a menores sin tomar en consideración el poder, en cuanto estos abusos son siempre la consecuencia del abuso de poder, aprovechando una posición de inferioridad del indefenso abusado que permite la manipulación de su conciencia y de su fragilidad psicológica y física".
En esta misma línea de autocrítica fuerte de la Iglesia, monseñor Ojea instó a los obispos de todo el país a no encubrir "ni de lejos" una denuncia que amerite una investigación para proteger a los menores y a los adultos vulnerables. "Esto es importante, esencial y urgente, pero no basta. Estamos llamados a ir más allá", remarcó.
De esta manera, el presidente de la Conferencia Episcopal dijo que con el inicio de la Cuaresma "es necesario hacer un profundo examen de conciencia y reconocer nuestros pecados. Todos somos solidarios en el pecado y hacer un examen de conciencia sobre lo que podemos haber hecho mal, nos ayuda a vivir la virtud de la humildad que asegura la paz interior e ilumina el camino para tomar decisiones concretas a través de conductas claras que certifiquen que estamos en el rumbo del Evangelio".
Según comentaron desde la Conferencia Episcopal a Infobae, durante el encuentro de reflexión que comenzó hoy y se prolongará hasta el jueves en la casa de retiros de Pilar, no se habló aún de la realidad política argentina aunque no se descarta que el jueves haya un documento de los obispos en donde se refieran a la situación de pobreza en que vive la Argentina y emitan un mensaje conciliador de llamado al diálogo en el marco de un año electoral.
Al reiterar su condena firme a los abusos sexuales, Ojea fue enfático durante su homilía: "Los abusos de poder en un sentido más amplio, unidos a los abusos sexuales antes mencionados, han contribuido a crear una actitud de rabia y enojo en muchos fieles, lo que, en palabra del Santo Padre, es una expresión de la Ira de Dios".
Empero, ese llamado a la reflexión que mencionó Ojea se contrapuso con "una actitud crítica a la Iglesia que -haciendo leña del árbol caído- busca inhabilitarla para cumplir su función de predicar el Evangelio y respondiendo así a su identidad y a su misión", dijo. De esta manera, el obispo de San Isidro remarcó que "frente a esto no tenemos que victimizarnos ni sentirnos objetos de injusticias; es necesario -aprovechando el fuerte tiempo litúrgico que nos toca vivir- buscar la voluntad de Dios que se esconde detrás de este momento de mucha confusión".
Por otra parte, en una abierto mensaje de cuestionamientos hacia algunos sectores de la cúpula eclesiástica, Ojea instó a "renovar de raíz estilos de vida y estructuras de formación que han hecho posible que germinara en algunos clérigos un sentimiento de superioridad y de dominio con respecto al pueblo fiel y que han facilitado que vivieran como si no tuvieran que dar cuenta a nadie de sus actos, en una situación de verdadera impunidad".
Así, el presidente de la Conferencia Episcopal destacó: "Tenemos que estar sumamente atentos para que no se creen entre nosotros estas condiciones que son favorecidas claramente por un clericalismo que ama las situaciones de privilegio y por la falta de una autentica austeridad de vida y de transparencia".