En las últimas dos semanas los casos de coronavirus en la Ciudad de Buenos Aires se duplicaron. La situación, al igual que sucedió el año pasado, no demorará mucho tiempo en replicarse en la zona del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y los números preocupan a las autoridades y, sobre todo, al área sanitaria, con un endeble sistema que ya se asume al borde del colapso.
En ese sentido, infectólogos asesores del gobierno nacional ya alertan que, de no ceder la curva de contagios de acá a dos semanas, las restricciones serán más duras. Además, la época coincidiría con el pico de casos de esta segunda ola de COVID-19.
Tomás Orduna, médico infectólogo y jefe del área en le Hospital Muñiz, que forma parte del equipo que asesora a Alberto Fernández, llamó a respetar las últimas restricciones, encaradas desde el viernes. “Son las que se evaluaron para intentar compensar economía y salud”, explicó. “Ahora, por el escenario complejo socioeconómico que tenemos es difícil pensar en una Fase 1 con todo cerrado; con un país con 42% de pobreza y una tasa de desocupación enorme. Por eso lo que tenemos que hacer es concientizarnos cada uno”, remarcó.
Sin embargo, consideró que, de no disminuir los casos de acá a las próximas dos semanas, no se vislumbran otras alternativas. “¿Hay posibilidades de tener que hacerlo? Sí, miremos el modelo europeo, lamentablemente. Lo que estamos pidiendo es que acompañen las restricciones que ahora se han puesto porque si no, probablemente vengan otras mucho más profundas, donde tengamos que suspender todo a partir de las 6 de la tarde, por ejemplo”, detalló Orduna en diálogo con El Destape Radio.
“Si fuese solo por criterio epidemiológico, posiblemente yo hubiera cerrado los lugares de encuentro. Hay una suerte de inconsciencia entre muchas personas y grupos que quizás de la única forma que comprendan es que esté cerrado lo que quieren hacer”, indicó.
En ese sentido, sostuvo que la idea en principio es evaluar los resultados de las restricciones aplicadas desde el viernes. “Dentro de siete días vamos a ver si se estabiliza el número de casos por día. En dos semanas tendría que haber una curva en descenso. Sino ocurre, vendrán más medidas”, adelantó Orduna. Es mucho más fácil tomar medidas restrictivas, parecería, que lograr que esos grupos, minoritarios pero muy ruidosos, tomen un compromiso social y solidario para frenar esto.
El infectólogo destacó además que los contagios se dan principalmente en ámbitos de encuentros social y no en escuelas o ámbitos de trabajo en sí. “El tema no tiene que ver fuertemente en el interior de las aulas, ni de las fábricas, sino lo que se genera en el ‘peritrabajo’ o en la ‘periescuela’”, señaló. " Lo que pasa alrededor de la escuela en la entrada y salida también, donde hay muchos momentos de interacción de personas. Y lo otro es cuando los chicos terminan logrando que los padres los autoricen a reunirse tres o cuatro y se terminan mezclando las burbujas”, enumeró.
Por su parte, Luis Cámera, médico clínico que también integra el comité de expertos asesores del Ejecutivo advirtió “un ánimo general de preocupación” durante la reunión virtual que se llevó adelante entre especialistas y funcionarios el lunes. “Hay un ánimo general de preocupación, eso es innegable. El punto es hasta qué punto podemos concientizar a la población para que haga una especie de autocuarentena al máximo, para que no tengamos que caer en restricciones mayores, porque la situación es de mucha velocidad en los casos”, alertó.
“Cerca de un 10% de los virus que hay en el país son muy contagiadores, particularmente el inglés y el de Manaos”, destacó. “De un 2% cuatro semanas atrás pasaron a un 10, por lo que puede ser que en un mes se estén expresando en un modo muy importante, que es también el momento que vamos a tener el pico de esta ola, entre la última semana de abril y las dos primeras de mayo”, pronosticó el especialista.
Cámera también advirtió que ese sería el pico de contagios, pero no de internación, que “suele ir dos semanas atrasado”, por lo que los profesionales están “preocupados con la situación de terapia intensiva”. En otro plano, Cámera también fue consultado sobre la presencialidad en las clases, y aclaró que por el momento no está en discusión volver a la virtualidad.
Gonzalo Camargo, presidente de la Sociedad Argentina de Emergencias, que también participó del encuentro, se sumó a le necesidad redoblar medidas en caso de no descender los positivos. “Una de las posibilidades es suspender todas las actividades que se realicen en lugares cerrados por el tiempo que sea necesario hasta disminuir la curva de contagios”, dijo en diálogo con Continental este martes. “También está la posibilidad de cerrar shoppings, cines, teatros, o lugares en los que no se respeta el aforo correspondientes, como gimnasios”, enumeró.
En esa línea destacó que debería ser “por el tiempo que sea necesario”.