Desde el 26 de enero, cuando realizó el vuelo inaugural, Flybondi -la primera low cost argentina- modificó 156 vuelos (incluyendo rutas hasta el 31 de este mes)- y canceló el 17%: debería haber completado 404 rutas y voló efectivamente 334. Hasta fin de mes se sumarán otras 54 cancelados que ya se conocen.
Según datos de la empresa, estas decisiones afectaron a 10.000 pasajeros (hasta el 13 de este mes transportó efectivamente a 39.600). Señalan que los problemas responden a la decisión judicial que rige sobre el aeropuerto de El Palomar, que limita los vuelos a un máximo de tres frecuencias diarias.
Fuentes de Flybondi dijeron a La Nación que “ya no es viable trabajar con dos bases aéreas en simultáneo” por lo que hay vuelos “cancelados y otros operan con demoras”. Sostienen que en ambos casos se avisa a los pasajeros “con antelación para minimizar molestias”.
Plantearon que los cambios de aeropuertos, costos de traslado de gente y el pago de alojamiento duplicó y “hasta triplicó” el costo de las operaciones.
Hasta ahora la línea aérea -que cubre diez rutas (tiene 33 otorgadas para este año) con tres aviones- no tiene sanciones de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac) por las suspensiones y reprogramaciones de vuelos y, desde el ministerio de Transporte, aseguran los pasajes vendidos estaban “en línea” con la programación que incluía a El Palomar.
“Los problemas aparecieron por la restricción a esas operaciones que los obligó a derivar vuelos a Ezeiza y Aeroparque”, agregaron e insistieron en que desde el Ministerio controlan que “cumplan con todos los requisitos de seguridad y con la política de devolución”.