A sólo dos días de tener que hacer frente a un vencimiento con el FMI por más de 700 millones de dólares, el gobierno de Alberto Fernández le pidió ayer a China ampliar el swap de monedas en 3.000 millones de dólares para fortalecer las reservas del Banco Central.

El salvavidas que pretende Argentina forma parte de la agenda que tratará el presidente Alberto Fernández con su par chino en su próximo viaje a Beijing y se da en un contexto de alta presión del dólar libre que ayer saltó a 221 pesos por la incertidumbre sobre el acuerdo para refinanciar la deuda con el Fondo Monetario Internacional -ver nota a parte-.

El swap o canje de monedas entre los bancos centrales de Argentina y China representa más de la mitad de las reservas brutas del país. Se trata de un acuerdo por el cual el Banco Popular de China tiene una cuenta en yuanes en el banco central argentino, y este último tiene una cuenta en pesos radicada en China. Los bancos tienen la opción de girar ese dinero para eventuales necesidades y, si lo utilizan, deben devolverlo con intereses a la contraparte.

Lo que el gobierno de Alberto Fernández intentará es convencer a su par chino para que extienda su canje vigente de 130.000 millones de yuanes (el equivalente a U$S 20.600 millones) en 20.000 millones de yuanes adicionales, unos U$S 3.000 millones. La Argentina ya hizo el pedido y el tema será tratado la semana que viene en Beijing, cuando Fernández viaje allí para las celebraciones por los Juegos Olímpicos de Invierno.

Expandir el swap, acordado originalmente en 2009 y renovado y ampliado en varias oportunidades, permitiría a la Argentina fortalecer sus reservas en medio de negociaciones con el FMI para refinanciar la deuda de más de U$S 40.000 millones de un préstamo récord.

En la última renovación del swap, en 2020, se eliminó el requisito de que la Argentina mantuviese vigente un acuerdo con el FMI para sostener el swap, un punto clave que permite al gobierno nacional solicitar apoyo financiero aunque decidiera este viernes no pagar el vencimiento al Fondo por más de 700 millones de dólares.

La Argentina debe pagar más de U$S 4.000 millones en el primer trimestre, incluyendo pagos de capital e interés, y las reservas netas han caído a U$S 1.800 millones, según estimaciones de la consultora Anker Latinoamérica.

La última renovación del acuerdo se realizó en agosto de 2020 por un plazo de 3 años, según informó oportunamente el BCRA. El acuerdo original se había gestado en dos partes. La primera de ellas, por 70.000 millones de yuanes, fue firmada en 2009 por el entonces presidente del BCRA, Martín Redrado, y renovado en 2013 por Juan Carlos Fábrega y en 2017 por Federico Sturzenegger.

El pedido de swap es el principal tema de la agenda del viaje que Alberto Fernández hará en los primeros días de febrero a Rusia y China para entrevistarse con su par de la Federación Rusa, Vladimir Putin, en Moscú, y con el mandatario de la República Popular China, Xi Jinping, en Beijing, y a su regreso también visitará Barbados.

Fernández tiene previsto partir de Buenos Aires el 1 de febrero por la noche y reunirse el 3 de febrero con Putin, en Moscú, donde ambos compartirán un almuerzo y luego ofrecerán una conferencia de prensa con una pregunta para un periodista de cada país. Luego, el jefe de Estado y su comitiva viajarán a Beijing, China, para mantener el 4, 5 y 6 de febrero varias reuniones, entre ellas con Xi Jinping, quien lo invitó especialmente para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno

Acompañado por una gran comitiva, el Presidente desplegará, además, una amplia serie de visitas en China.

 

Dos ultra K no descartan un default

Dos dirigentes muy cercanos a la vicepresidenta, Cristina Kirchner, sembraron dudas ayer sobre si Argentina efectivamente hará frente mañana al pago por 730 millones de dólares al FMI, lo que implicaría un default y hasta no descartan no acordar la renegociación de la deuda.

Así lo manifestaron ayer Leopoldo Moreau y Claudio Lozano, que deslizaron que no sería una tragedia caer en default y que no pagarle al Fondo podría hasta ser beneficioso, en una postura que contradice lo que señalan, por lo bajo, fuentes de la Casa Rosada que reniegan de cualquier cesación de pagos.

El diputado ultra K afirmó que "el default no es el peor de los remedios", mientras que el director del Banco Nación opinó que "no sirve hacer un planteo estúpido, no se puede alcanzar un acuerdo con efectos negativos". "No debe ocurrir que nos impongan un techo al crecimiento, la lógica del Fondo es que no crezcamos demasiado para que haya ahorro de divisa y paguemos, pero es una lógica contraria al interés del país o de la sociedad", sostuvo Moreau, quien desdramatizó ante la chance de un no-acuerdo.