El presidente electo, Alberto Fernández, dio un paso clave rumbo al pacto económico y social que propondrá como eje del nuevo gobierno tras sellar una alianza estratégica con la CGT.
La central obrera confirmó que "pondrá el hombro para ayudar al nuevo gobierno para poner de pie al país". Así lo verbalizó el titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló.
En este sentido, la CGT y el resto de los sindicatos le garantizan al mandatario electo no hacer reclamos salariales ni pedido de bono navideño como lo hicieron durante los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri. Como contrapartida, Alberto prometió gobernar codo a codo con todo el sector sindical, una pata con alto poder de fuego dentro del peronismo.
Por eso, en el emblemático edificio de Azopardo, Alberto Fernández, aseguró que "el movimiento obrero organizado será parte del próximo gobierno desde el 10 de diciembre" y propuso que la sede de la CGT se convierta en "un centro de educación tecnológica para capacitar a los trabajadores y a los jóvenes para el nuevo mundo" del trabajo.
Fernández formuló esos conceptos al clausurar ayer el plenario de secretarios generales de la central obrera, en el que participaron todos los espacios sindicales.
"No se trata de un acuerdo político sino de una convicción", afirmó Alberto al hablar por primera vez en el salón Felipe Vallese.
Fernández, quien reivindicó en varios pasajes de su discurso las figuras de Eva Duarte y Juan Perón, a Vallese -un obrero metalúrgico detenido y desaparecido- y a los exjefes de la central obrera José Rucci y Saúl Ubaldini, aseguró que "la construcción de un Pacto Social no remite solo a precios y salarios sino al diseño integral de la Argentina del futuro".
La Argentina necesita ponerse otra vez de pie. Nos dejan muy lastimados y, la economía, está muy deteriorada y degradada, al igual que el trabajo y la educación", puntualizó.
Fernández reivindicó a la vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner, y destacó el "enorme gesto" que produjo al declinar oportunamente su postulación a la presidencia.
"Este día es posible por la unidad de todos, ya que el secreto del triunfo no fue otro que esa unidad y el esfuerzo, en especial de Cristina, que fue esencia de la victoria", dijo.
En varios tramos, Fernández reivindicó al movimiento obrero, aseguró que "será parte del próximo gobierno" y señaló "no entender" cómo algunos sectores se preguntan por qué el mandatario electo "está del lado de quienes trabajan y sufren a diario la realidad".
Luego de realzar a Ubaldini y a Rucci, de quien afirmó que fue "el gran motor del regreso de Perón a la Argentina", en 1972, tras casi 18 años de exilio, Fernández también elogió "los esfuerzos por lograr la unidad del peronismo del titular del PJ, José Luis Gioja, del diputado Sergio Massa, de los gobernadores, los intendentes y en especial de Cristina".
"Ese esfuerzo lo hizo en particular Cristina. No fue un esfuerzo sino un enorme gesto que siempre destaco, porque con Cristina no alcanzaba y, sin Cristina, no se podía. Ella fue la esencia del triunfo", aseveró.
El electo presidente afirmó que recibirá una economía "absolutamente deteriorada", que este año caería cerca de un 3%, con altos índices de inflación, un tasa de pobreza del 35,4 % y un nivel de desempleo del 10,6 %.
Sostuvo que para poder salir de "semejante estado de degradación" hará falta el esfuerzo de todos y en este sentido recordó el pacto social entre sindicatos, patronales y el Estado que ha propuesto durante la campaña, un acuerdo que, según recalcó ayer, no será sólo de precios y salarios.
Hoy, el Grupo Puebla
Líderes progresistas como los expresidentes Dilma Rousseff (Brasil), José Mujica (Uruguay), Fernando Lugo (Paraguay) y Ernesto Samper (Colombia) participarán desde hoy en Buenos Aires de la 2da reunión del Grupo de Puebla, cuyo discurso inaugural lo dará el presidente electo, Alberto Fernández.