El presidente de Argentina, Alberto Fernández, abrió ayer a Rusia las puertas de América latina en su primera visita a ese país, donde fue recibido con los brazos abiertos por el jefe del Kremlin, Vladímir Putin.
"Tenemos que ver la manera de que Argentina se convierta de algún modo en una puerta de entrada para América latina, para que Rusia ingrese en América latina de un modo más decidido", dijo Fernández al comienzo de la reunión de ayer por la mañana en el Palacio del Kremlin.
En otro momento de la reunión, Fernández le explicó a su par ruso que "la Argentina vive particularmente una situación muy especial, producto de su endeudamiento", y agregó que "la economía depende mucho de la deuda que tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la influencia que Estados Unidos tiene en ese organismo".
En ese marco, Fernández abogó por la necesidad de construir un nuevo multilateralismo: "Yo estoy empecinado en que Argentina tiene que abrirse camino hacia otros lados y ahí yo creo que Rusia tiene un lugar importante", dijo.
"La Argentina tiene una dependencia muy grande del FMI y de Estados Unidos. Necesitamos abrir otros puentes y apostar por el multilateralismo, sin ser satélites de nadie", sostuvo el mandatario en contacto con la prensa.
En el encuentro de tres horas no se tocó el tema de la posibilidad de un financiamiento a partir de Derechos Especiales de Giro (DEG) por parte de Rusia. Pero sí se habló del principio de entendimiento logrado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). "Me dijo que era muy importante el acuerdo para seguir avanzando en todas estas cosas. Él tiene una opinión muy parecida a la mía sobre el Fondo. Me pareció un tipo sobre todo muy pragmático", afirmó el presidente Alberto Fernández en una entrevista con la agencia de noticias Télam.
El presidente ruso "está muy agradecido porque fuimos el primer país de América latina que aprobó la vacuna Sputnik, y yo también, porque Rusia nos ofreció vacunas cuando escaseaban y pudimos comenzar rápidamente a inmunizar a la población", relató Fernández.
Durante el encuentro, los mandatarios hablaron de cooperación económica entre empresas rusas y argentinas en diferentes áreas, principalmente salud, transportes y energía. La conversación incluyó la posibilidad de futuros proyectos de inversiones en gas y petróleo, dos áreas de mucho interés para Rusia, y también en energías renovables, como la eólica, informaron fuentes oficiales.
También conversaron sobre nuevos proyectos en el área de transportes, que podrían incluir inversiones para el tren de Vaca Muerta a Bahía Blanca y la posible llegada al país de la empresa Kamaz, una compañía rusa dedicada a la fabricación de camiones que Fernández quiere que se instale, produzca y genere empleo en el país.
A su vez, conversaron sobre el desarrollo de centrales nucleares para uso pacífico y sobre la industria satelital.
Fernández partió ayer rumbo a Beijing, China, la segunda escala de su gira internacional, donde desarrollará una intensa agenda de trabajo que incluye la asistencia a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno y un encuentro con su par Xi Jinping el domingo, a las 0.40 de la Argentina, en el Gran Salón del Pueblo.
"Buena sintonía"
Con Putin "hablamos varias veces por teléfono en estos años, pero así parecía una relación distante, más fría. Hoy, cara a cara, tuvimos una muy buena sintonía", contó Fernández en la entrevista, poco después de llegar a la habitación del canciller Santiago Cafiero.